Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 19 de diciembre de 1962

Eclesiastés (Qohelet)
(Ec)

Antiguo Testamento

Tomado de http://usuarios.lycos.es/jacsalta/biblia_libro.php?noMenu=true&libro=36
Ver también en
http://sagradaescritura.es.tripod.com/biblia/qoheletecl.htm

1

1Palabras de Qohelet, hijo de David,
rey de Jerusalén.

EL ETERNO RETORNO: ¿PARA QUÉ?
* 2¡Esto no tiene sentido!, decía Qohelet,
¡esto no tiene sentido, nada a qué aferrarse!
3¿Qué le queda al hombre de todas sus fatigas
cuando trabaja tanto bajo el sol?
4Una generación se va y viene la otra;
pero la tierra permanece siempre.
5El sol sale, el sol se pone,
y no piensa más que en salir de nuevo.
6Va el viento hacia el sur, y luego gira al norte,
y girando y girando, vuelve sobre sus giros.
7Todos los ríos van al mar
y el mar jamás se llena;
por los mismos cauces que veían sus caudales
ha pasado de nuevo su curso.
8Hay mucho que decir, uno se cansaría de tanto hablar;
El ojo no terminará de ver,
el oído nunca terminará de oír,
9pero lo que pasará es lo que ya pasó,
y todo lo que se hará ha sido ya hecho.
¡No hay nada nuevo bajo el sol!
10Si algo sucede y te dicen:
"¡Mira, esto es nuevo!"
no es así; las cosas que observan nuestros ojos
ya pasaron en los siglos anteriores.
11Nadie se acuerda de las cosas de antaño:
será lo mismo con los asuntos actuales,
y de todo lo que pueda ocurrir en el futuro
un día nadie más se acordará.

EL HOMBRE, ESCLAVO DE SU PENSAMIENTO
12Yo, Qohelet, he sido rey de Israel en Jerusalén,

13y me dediqué a investigar y comprender todo lo que se hace bajo el sol.
Pero es una tarea ingrata que Dios ha dado a los hombres: todo es para humillarlos.
14Miré de cerca todo lo que se hace bajo el sol: ¡no se tiene nada, se corre tras el viento!
15No puede enderezarse lo que está torcido, no puede corregirse lo que falta.
16Debí convencerme: "Estoy más adelantado en sabiduría que todos los que reinaron antes que mí en Jerusalén.

Acumulé los conocimientos y el saber.
17Me dediqué a ver dónde están la sabiduría y la ciencia, la estupidez y la locura.
Pero ahora veo que aun eso es correr tras el viento.
18Cuanto mayor la sabiduría, mayores son los problemas; mientras más se sabe, más se sufre."

CUANDO SE HA EXPERIMENTADO TODO
2

* 1Me dije: "¡Vamos, encontremos la alegría, y que yo pruebe la felicidad!"

Pero eso también no es más que un viento.
2Acabé diciendo: "¿La risa? Una estupidez. ¿La alegría? ¿Para qué?"
3Pues en mi búsqueda de la sabiduría me había entregado a los placeres del vino.

Quería vivir la experiencia de la locura, para saber al fin lo que conviene a los hombres
que hagan bajo el cielo, durante los contados días de su vida.
4Emprendí grandes obras. Me edifiqué casas, me planté viñas,
5me arreglé jardines y huertos: planté allí todos los árboles frutales.
6Me hice cavar cisternas para regar mis plantaciones.
7Compré esclavos, hombres y mujeres, y otros me nacieron en mi casa.

Tuve rebaños de ganado mayor y de ganado menor, mucho más que cualquiera antes de mí en Jerusalén.
8Amontoné el oro y la plata, todas las riquezas que me venían de los reyes y de las provincias.

Tuve cantantes y coristas, y lo que más deleita al hombre: mujeres, muchas mujeres.
9Llegué a ser grande, superé a todos los que me habían precedido en Jerusalén, y mi sabiduría no me abandonaba.
10Todo lo que mis ojos deseaban, me lo concedí; no hubo placer del cual me haya privado,

pues encontraba mi alegría en todo lo que hacía. Así, al menos recogía el fruto de mi trabajo.
11Luego, reflexioné en todas las obras que había emprendido y en todas las molestias que me había costado su realización.

Pues bien, no se retiene nada, se corre tras el viento; ¡no hay nada que ganar bajo el sol!
12Pues me planteé la pregunta de la sabiduría, de la estupidez y de la locura:
¿Cómo será el que me sucederá en el trono? (Se sabe lo que éste hizo.)

TODO SE NOS ESCAPA Y SE NOS ESCAPARÁ
13Vi que la sabiduría aventaja a la locura, tanto como la luz a la oscuridad:

14"El sabio tiene los ojos abiertos, mientras que el tonto camina en la oscuridad."
Pero también sé: "Para todos no hay más que una misma suerte."
15Me dije: "Si la suerte del insensato es también la mía, ¿qué he ganado con mi sabiduría?"

Y también en esto he visto que uno se afana por nada.
16Pues a la larga no se acuerdan más del sabio que del tonto,
y si todo recuerdo ha de perderse en el futuro, ¿cómo hablar de sabiduría y de locura?
17Y encontré la vida detestable: para mí todo lo que se hace bajo el sol es un mal negocio;

todo se nos escapa, se corre tras el viento.
18Me puse a detestar todas las molestias que me había dado bajo el sol, puesto que debo dejarlo todo al que vendrá después de mí.

19¿Quién sabe si será sabio o insensato?
Pero él será quien recogerá el fruto de mis trabajos bajo el sol, en los que empeñé a la vez mi sabiduría y mis preocupaciones:
¡así es como todo se nos escapa!
20Comencé pues a arrepentirme de todo aquello por lo que me había afanado bajo el sol:

21después de haber trabajado con inteligencia, sabiduría y habilidad, uno tiene que dejárselo todo a otro que nada ha hecho.
22¡Muy pésimo negocio es ése: todo se nos escapa! ¿Cómo gozará el hombre de todo aquello por lo cual ha trabajado bajo el sol, en medio de tantas fatigas y preocupaciones?

23Pues todos sus días han sido penosos, a tal punto que perdía el sueño y aún de noche su corazón no descansaba.
Eso es algo que no tiene sentido.
24Lo único que el hombre puede esperar es comer, beber y pasarlo bien.

Pero he visto que también en eso está la mano de Dios.
25Pues ¿quién puede comer o beber si no es gracias a él?

26Dios da a quien quiere la sabiduría, la ciencia y la alegría; el pecador tendrá la carga de amontonar y de enriquecerse para que todo pase a manos del que agrada a Dios. También allí habrá decepción: se habrá corrido tras el viento.

NO HAY VALORES ABSOLUTOS
3

* 1Hay bajo el sol un momento para todo,
y un tiempo para hacer cada cosa:
2Tiempo para nacer, y tiempo para morir;
tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo plantado;
3tiempo para matar y tiempo para curar;
tiempo para demoler y tiempo para edificar;
4tiempo para llorar y tiempo para reír;
tiempo para gemir y tiempo para bailar;
5tiempo para lanzar piedras y tiempo para recogerlas;
tiempo para los abrazos y tiempo para abstenerse de ellos;
6tiempo para buscar y tiempo para perder;
tiempo para conservar y tiempo para tirar fuera;
7tiempo para rasgar y tiempo para coser;
tiempo para callarse y tiempo para hablar;
8tiempo para amar y tiempo para odiar;
tiempo para la guerra y tiempo para la paz.
9Al final ¿qué provecho saca uno de sus afanes?

EL HOMBRE, ENFERMO DE ETERNIDAD
10Me puse a considerar la tarea que Dios impone a los hombres para humillarlos. 11Todo lo que él hace llega a su tiempo; pero ha puesto la eternidad en sus corazones, y el hombre no encuentra el sentido de la obra divina desde el principio al fin.
12Vi entonces que su verdadero bien es la alegría y hacer el bien durante su vida. 13Si uno puede comer y beber, si encuentra la felicidad en su trabajo, eso es un don de Dios. 14Vi que todo lo que hace Dios perdura para siempre; no hay nada que añadirle, nada que quitarle. Y Dios actúa de manera tal que se le respete.
15Lo que es ya existió; lo que será ya fue; Dios va a rebuscar en lo que ya pasó.

EL GRAN ESCÁNDALO: UNA MISMA SUERTE PARA TODOS
16Vi otras cosas bajo el sol: en vez de derecho se encuentra la injusticia; en la sede de la justicia se sienta el malvado. 17Y me dije a mí mismo: "Dios juzgará al justo y al malo, pues hay tiempo para todo, y nada escapa a su juicio."
* 18Me dije a mí mismo, pensando en lo que es el hombre: Dios los pone a prueba, les demuestra que no son más que animales. 19Pues hombre y bestia tienen la misma suerte; la muerte es tanto para uno como para el otro. El aliento es el mismo y el hombre no tiene nada más que el animal. Esa es otra cosa que no tiene sentido, 20que todo vaya al mismo lugar.
Todo viene del polvo y todo vuelve al polvo. 21¿Quién dirá si el aliento del hombre parte a las alturas, y el del animal baja a la tierra? 22Y vi que lo único que el hombre puede esperar es gozar del fruto de sus obras; porque ésa es su condición. Pero, ¿quién le dará a conocer lo que pasará después?

4

1Pensé además en todos los abusos que se cometen bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no hay nadie que los consuele; sufren la violencia de sus opresores, y no hay nadie que venga en su ayuda.
2Por eso, felicitaré al muerto porque es muerto más bien que al vivo porque todavía vive.
3Y más feliz que uno y otro es el que todavía no existe, pues no ha visto todo el mal que se comete bajo el sol.
4Si miro todo el trabajo que los hombres se dan, toda la carrera tras el éxito, eso no es más que envidia del uno para el otro. ¡Todo eso es insensato, se corre tras el viento!
5El tonto que se cruza de brazos, devora su propia carne.
6Pero gozar del descanso cuando una mano está llena vale más que el tormento de llenar la otra mano.
7Pues vi bajo el sol otra cosa absurda: Un hombre solo, que no tiene a nadie, ni hijos ni hermanos, y
8que no deja de extenuarse trabajando, nunca se siente lo bastante rico. Pero ¿para quién trabaja, para quién son esas privaciones? Ese es un mal negocio y que no tiene sentido.

PARA UNA SABIDURÍA PRÁCTICA Y SIN PRETENSIONES
9Más vale estar de a dos que solo: el trabajo rendirá más.
10Si uno cae, su compañero lo levantará. Pero, ay del que está solo si cae: nadie lo levantará.
11De igual modo, si se acuestan juntos se calentarán; pero nadie calentará al que está solo.
12Si uno está solo, lo pueden atacar; pero acompañado, podrá resistir, y si el hilo es triple, no se cortará fácilmente.
13Más vale un muchacho pobre y con buen criterio que un rey viejo y tonto, que no sabe pedir consejos.
14Y esto, aunque haya pasado de la prisión al poder, o aunque haya nacido como el último de todos en el reino.
15Vi que todos los que viven bajo el sol se ponían de lado del nuevo, del joven que asumía la sucesión.
16Interminable era la multitud de los que venían a rendirle homenaje. Un día, sin embargo, no estarán más contentos con él. Esas son pues cosas que no duran: se corre tras el viento.

SER HONRADO CON DIOS
17Mira dónde pisas cuando vayas a la Casa de Dios. Presenta la ofrenda como un hombre prevenido, no como los tontos que ofrecen el sacrificio y no ven que hacen el mal.

5

1No hables demasiado rápido, no te precipites en tu decisión cuando te comprometas delante de Dios, porque Dios está en el Cielo y tú, en la tierra: no te comprometas demasiado.
2Si estás muy preocupado, te pones a soñar; si prometes demasiado, dirás lo que no conviene.
3Si has hecho una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, pues Dios no ama a los tontos: Si lo has prometido, hazlo.
4Más vale no prometerle algo que prometer sin cumplirlo:
5no sea que por eso sufras un percance y deberás confesar ante su Angel: "¡No lo había pensado!" ¿Necesitas de una promesa que va a irritar a Dios y acarrearte sinsabores?
6Los soñadores se comprometen a cada momento sin pensar. Pero tú, teme a Dios.
7Si ves en una provincia al pobre oprimido, el derecho y la justicia violados, no te sorprendas: por encima de una autoridad hay un escalón superior, y por encima de éste, otros más elevados.
8El país avanzará si el rey se pone al servicio de los campos.
9El que ama el dinero nunca tiene lo suficiente: ¿por qué, entonces, perseguir una satisfacción que nunca llegará? Esto no tiene sentido.
10Si se acrecienta la riqueza, se multiplican también los que se la comen: ¿y qué saca su dueño con tenerla? Sólo el gusto de verla.
11El sueño del trabajador será tranquilo, haya comido poco o mucho; pero la saciedad del rico no le permite dormir. 12Hay otra mala suerte que vi bajo el sol: la riqueza que uno guardó para su propia desgracia. 13Perdió esa riqueza en un mal negocio, tiene un hijo y no tiene qué dejarle. 14Desnudo sale el hombre del vientre de su madre, y desnudo volverá tal como vino. Nada podrá llevarse de todas las obras que realizaron sus manos.
15También esto es una mala suerte: irse en el mismo estado en que uno llegó. ¿Qué más ha hecho sino trabajar para el viento?
16¡Cuántos días en que comió pan negro; cuántas decepciones, fatigas y disgustos!
17Esto es lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar mientras trabaja bajo el sol durante los contados días de su vida, tales como Dios se los concedió: ésa es su parte.
18Cuando un hombre ha recibido de Dios posesiones y riquezas; cuando puede comer, gozar y disfrutar de su trabajo, todo eso es un don de Dios.
19A lo menos no piensa en lo corto de la vida mientras Dios le llena el corazón de alegría.

DE NUEVO LA PREGUNTA: ¿TODO ESO, PARA QUÉ?
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1Hay otro mal que he visto bajo el sol y que aplasta al hombre. 2Alguien recibió de Dios fortuna, riqueza y honores: nada faltó de todo lo que pudo desear. Pero Dios no le concede disfrutar de ello, y es otro el que lo aprovecha. Esta es otra cosa muy mala y que no se puede justificar.
3Supongamos que un hombre tuviera un centenar de hijos y viviera largos años, pero durante todo ese tiempo no encontrara la felicidad y no tuviera después sepultura -en ese caso digo que un recién nacido fallecido es más feliz que él-.
4Ese niño vino para nada, sólo para regresar a la negrura, y hasta su mismo nombre permanecerá en la oscuridad.
5No vio ni conoció el sol, pero descansó; en cambio el otro, no.
6Ese hombre pudo haber vivido dos mil años, pero ¿de qué le serviría si no conoció la felicidad? Bien se puede decir que todo va al mismo lugar.
7Todo el trabajo del hombre es por su boca, pero esto no basta para llenar su alma.
8¿En qué aventaja el sabio al tonto? ¿En qué sale ganando el pobre cuando sabe comportarse en la vida?
9Más vale creer en lo que se ve que dejarse llevar por sus deseos: pues allí también no se retiene nada y se corre tras el viento.
10Todo lo que existe ya ha recibido su nombre, y se sabe lo que es un hombre: no puede discutir con Alguien más poderoso que él.
11¿Muchas palabras? Habrá mucho de vacío: ¿qué se habrá ganado?
12¿Quién sabe cómo debería vivir el hombre durante sus días contados y frágiles que pasan como sombra? ¿Quién le revelará al hombre lo que pasará bajo el sol después de él?

SENTENCIAS DE SABIDURÍA
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1Una buena reputación vale más que un buen perfume: el día de la muerte pasa pues antes que el del nacimiento.
2Anda a la casa que está de duelo más que a la que está de fiesta: verás el fin de todo hombre, y al que vive le da para pensar.
3Más vale el pesar que la risa: la tristeza en el rostro promete un mejor corazón.
4La casa en duelo da para pensar a los sabios, los tontos no piensan más que en la casa alegre.
5Más vale escuchar la reprensión de un sabio que la canción de los tontos;
6la risa del tonto es como el crepitar de zarzas que arden bajo la marmita. Esta es una cosa desconcertante:
7la corrupción pervierte incluso al sabio; los regalos ahogan la conciencia.
8Terminar una obra vale más que comenzarla: lo que cuenta es la perseverancia, y no la pretensión.
9No dejes que tu espíritu ceda a la cólera: la cólera se siente a gusto en el tonto.
10No digas: "¿Cómo serían los tiempos antiguos? Ciertamente mejores que los de ahora." Pues no es la sabiduría la que te hace formular esa pregunta.
11La sabiduría es útil para el que tiene tierras: ¡cuánto más para los que ven el sol! 12La sabiduría es una protección como lo es el dinero; pero la ventaja del saber es que la sabiduría da la vida a los que la poseen.
13Contempla la obra de Dios: ¿quién podrá enderezar lo que él ha curvado? 14En los días felices disfruta de la felicidad, y en el día de la desgracia, abre los ojos: Dios los ha dispuesto a ambos de tal manera que nadie pueda saber cuál será su fin.
15He visto de todo en esta vida tan decepcionante: hay justos que perecen a pesar de su justicia, y malos que prolongan sus días, a pesar de su maldad.
16No seas justo en exceso, ni te hagas el sabio más de lo necesario: podrías demolerte. 17No seas malvado en demasía ni te comportes como un insensato: podrías morir antes de tiempo.
18Es bueno tomar un partido sin descartar la posibilidad del otro: el que teme a Dios sacará provecho del uno y de lo otro.
19La sabiduría hace al sabio más poderoso que los diez jefes de su ciudad.
20No hay en la tierra ningún hombre lo bastante justo como para hacer el bien sin nunca pecar.
21No hagas pues caso a todo lo que se cuenta: así no oirás a tu servidor hablar mal de ti.
22Tú mismo lo sabes muy bien, has hablado con frecuencia mal de los otros.
23Todo eso lo he experimentado: es cuestión de sabiduría. Me había dicho: "Quiero ser sabio." ¡Pero estaba tan lejos de mí! 24Está más allá de todo lo que existe.
25Cuando me dediqué a saber, a profundizar, a buscar la sabiduría y el por qué de las cosas, reconocí que la maldad es una tontería y una locura.
* 26Saqué esta conclusión: que la mujer es más amarga que la muerte; ella es para el hombre una trampa, su corazón es una red y sus brazos, cadenas. El que agrada a Dios se escapa de ella, pero el pecador se deja atrapar.
27Esto es lo que he encontrado -decía Qohelet- al reflexionar sobre todas las cosas, una tras otra, para comprender.
28Sin embargo, busco todavía: un hombre entre mil y lo encontré; pero una mujer entre todas, y no la he hallado.
29Y esto es lo que vi: Dios hizo sencillo al ser humano, pero ellos se han buscado mil problemas.

ALGUNAS ADVERTENCIAS PARA LA GENTE QUE TIENE PUESTO
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1¿Quién es sabio, quién es capaz de explicar las cosas? La sabiduría en un hombre ilumina su rostro y transforma lo que tenía de duro.
2Obedece la orden del rey, ya que le juraste fidelidad ante Dios.
3Si quieres alejarte de él, piénsalo dos veces, no te metas en un mal negocio: lo que el rey quiere, lo hará.
4El rey hablará, ¡y punto! Nadie le dirá: "¿Qué haces?"
5El que guarda los mandamientos no se meterá en situaciones difíciles. El sabio sabe cuál es la hora y cuáles son los criterios.
6Pues hay para cosa un tiempo y un criterio.
7Pero el hombre tiene una falla muy grande: nadie sabe lo que le sobrevendrá: ¿quién le dirá lo que sucederá?
8Ningún hombre es dueño del soplo de vida, nadie puede disponer del día de su muerte. Es un combate sin piedad y no hay maldad que nos pueda salvar.
9Todo eso lo vi mientras reflexionaba sobre todo lo que pasa bajo el sol, durante el tiempo en que los hombres tienen poder para hacerse el mal unos a otros. 10Así fue como vi que a los hombres malos se los acompañaba a su entierro desde el lugar santo, y que en la ciudad se olvidaban de todo el mal que habían hecho.

EL MISTERIO DE LA AUSENCIA DE DIOS
Esta es otra cosa desconcertante:
* 11como las acciones malas no son inmediatamente juzgadas y castigadas, los hombres encuentran en eso un incentivo para hacer el mal.
12Pues por más que el pecador haga cien veces lo que es malo, se le deja todo su tiempo. (Sé, sin embargo, que la felicidad es para los que temen a Dios y que lo respetan.
13La felicidad no es para el malo; no prolongará sus días, sino que pasará como una sombra porque no tiene el temor de Dios.)
14Esto es desconcertante en esta tierra: hay justos a los que les pasa todo lo que les tocaría a los malos por todo lo que han hecho, y hay malos a los que les pasa lo que les correspondería a los justos: esto tampoco tiene sentido.
15¡Viva la alegría!, pues la única felicidad para el hombre bajo el sol es comer y beber y regocijarse: esto le toca por su trabajo a lo largo de los contados días que Dios le concedió vivir bajo el sol.
16Como me dedicara a conocer y observase la condición del hombre en la tierra, vi que el ojo humano no tiene descanso de día ni de noche. 17Observé la obra de Dios en su conjunto: el hombre no puede encontrarle un sentido a la obra que se hace bajo el sol. Por más que el hombre se fatigue y busque, nada encuentra; e incluso cuando el sabio pretende saber, no ha encontrado nada.

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1Reflexioné pues en todo eso y vi claramente que los justos, los sabios y sus obras están en las manos de Dios. ¿Lo quiere El o no? Los hombres no lo saben: les puede pasar cualquier cosa.
2Y no tiene sentido el que todos tengan la misma suerte: el justo y el malo, el hombre puro y el que no lo es, el que ofrece sacrificios y el que no los ofrece, el que se compromete con un voto y el que teme hacerlo.
3Ahí está lo malo en todo lo que se hace bajo el sol: que todos corren la misma suerte; es por eso que los hijos de Adán están llenos de ideas malvadas, y sus pensamientos se descarrilan a lo largo de toda su vida esperando acabar entre los muertos.
4Pues mientras uno se cuenta entre los vivos, se siente seguro: "Perro vivo vale más que león muerto."
5Los vivos saben que morirán; los muertos, nada saben. No tienen nada que esperar: son sólo un recuerdo olvidado.
6Pudieron amar, odiar, tener ambiciones: todo se perdió y nunca más tomarán parte en todo lo que se hace bajo el sol.

APROVECHA EL MOMENTO PRESENTE
7Anda, pues, come tu pan alegremente y bebe gustoso tu vino, porque Dios ha bendecido tus trabajos. 8Lleva siempre ropas blancas y que nunca falte el óleo para perfumar tu cabeza. 9Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de tu vida fugaz, pues ésa es tu parte durante todo el tiempo que te afanas bajo el sol.
10Haz todo lo que esté a tu alcance y que te sientas capaz de hacer; porque en la morada de los muertos a donde tú vas, no hay ni trabajos ni problemas, ni conocimiento ni sabiduría.
11Aún he visto esto bajo el sol, que la carrera no la ganan los más rápidos, ni la lucha los que tienen más fuerzas; no hay más pan para los sabios, ni más riquezas para los inteligentes, ni más favores para los entendidos. Pues para todos se da la ocasión y la mala suerte.
12Nadie sabe cuándo vendrá su hora: a los hijos de Adán los sorprende la desgracia como al pez que queda preso en la red o como el pájaro sobre el cual cae la trampa.

LA SABIDURÍA QUE SE PIERDE
13Hablemos de sabiduría: esto vi bajo el sol y que no me pareció poca cosa.
14Había una pequeña ciudad, con pocos habitantes. Se presentó un rey y le puso sitio con parepetos y trincheras.
15En la ciudad, sin embargo, había un hombre muy vivo, un hombre muy ordinario, y gracias a su astucia la ciudad se salvó. Pero como era un hombre muy ordinario, nadie pensó más en él.
16Entonces dije: la sabiduría supera a las hazañas, pero cuando se trata de los pobres, se desprecia su sabiduría: pueden hablar, pero no los escuchan.
17Las palabras de los sabios, dichas con calma, producen efecto; no así los gritos de uno que es bueno para mandar a locos.
18La sabiduría tiene más poder que las armas: pero bastan los errores de una sola persona para destruir mucho bien.

10

1Una mosca muerta echa a perder todo el frasco de perfume; algunas locuras reducen a nada mucha sabiduría.
2El corazón del sabio mantiene su derecha, el corazón del tonto toma la izquierda;
3sigue su camino en contra, y a todos los que se cruzan con él les dice: "¡Ahí va otro tonto!"
4Si el príncipe monta en cólera contra ti, no dejes tu puesto, la calma evitará muchas desgracias.
5Vi otro mal bajo el sol, y uno podría pensar que el error viene del Soberano:
6los incapaces están en lo alto de la escala, y los que valen se quedan abajo.
7Vi servidores que andaban a caballo y nobles que iban a pie, como los servidores.

LA SABIDURÍA EN LA VIDA COTIDIANA
8El que cava un hoyo, se puede caer en él; el que derriba un muro, puede ser que lo muerda la serpiente;
9el que extrae piedras, puede lastimarse con ellas; el que parte leña corre el peligro de herirse;
10si el hierro está embotado, hay que golpear más fuerte: en todo esto se gana con la sabiduría.
11Pero tal vez la serpiente no se deja encantar y muerde: en ese caso el encantador no habrá ganado nada.
12Las palabras del sabio son una gracia, en cambio las del tonto son perjudiciales, en primer lugar para él.
13Su punto de partida es un error, y la conclusión es tan peligrosa como absurda.
14La estupidez es la que le inspiró tantas palabras.
(El ser humano no conoce el porvenir: ¿quién le dirá lo que pasará después de él?)
15El tonto se agota pronto: no sabe ni siquiera el camino a la ciudad.
16¡Pobre de ti, país, cuyo rey es un muchacho y cuyos jefes están de parranda desde la mañana!
17Feliz tú, país, cuyo rey es un príncipe bien nacido, y cuyos jefes comen a sus horas, para tomar fuerzas y no para embriagarse.
18Por falta de mantención se hunde la techumbre, y si las manos son flojas, llueve la casa;
19hacen banquetes para divertirse; se dan sus pasatiempos con el vino: ¡ el dinero lo resolverá todo!
20No maldigas al rey ni siquiera de pensamiento; ni maldigas al poderoso, ni siquiera en el secreto de tu pieza: un pajarito del cielo podría llevarle el rumor, un par de alas le daría a conocer el asunto.

11

1Lanza tu pan a la superficie del agua; después de un tiempo volverá a ti.
2Compártelo con los asociados, ocho más bien que siete, pues no sabes qué desgracia puede azotar al país.
3Cuando las nubes están llenas, descargan la lluvia sobre la tierra. Así como el árbol cae, ya sea al norte o al sur, así queda tumbado.
4Observar al viento, no es sembrar; considerar las nubes, no es cosechar.
5Tú no sabes por dónde llegó el espíritu al niño en el vientre de la mujer embarazada: otro tanto ignoras la obra de Dios tomada en su conjunto.
6Siembra de mañana tu grano y que en la tarde tu mano todavía esté activa: no sabes cuál de las dos cosas será más útil, si una u otra.

SABE DAR GRACIAS Y TAMBIÉN ACEPTAR
* 7Suave es la luz y es bueno ver el sol.
8Aun cargado de años, que el hombre sepa tomarles el gusto a todos ellos; pero que tome en cuenta los días del anochecer, pues por muchos que sean, nada es seguro para el porvenir.
9Muchacho, conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo.
10No dejes que la amargura se instale en ti, ni la enfermedad en tu cuerpo: ¡juventud y cabellos negros son traicioneros!

12

* 1Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que lleguen los días malos,
y los años que se acercan, de los cuales dirás:
"No espero más de ellos",
2antes de que se oscurezcan el sol, la luz
la luna y las estrellas,
y que vuelvan las nubes apenas haya llovido.
3Cuando tiemblen los guardias de la casa,
y se encorven los porteros,
cuando lo que queda de muelas deje de moler,
y se queden ciegos los que miran detrás de las ventanas.
4Entonces se cierra la puerta de la calle
y se detiene el ruido del molino;
en que el trino del ave no despierta
y se mueren las canciones.
5Se temen las subidas
y los barrancos en el camino;
el almendro está en flor,
la langosta está repleta,
la alcaparra da su fruto.
Ahí va el hombre a su casa de eternidad,
y ya están las lloronas en la esquina de la calle.
6El hilo de plata no llegará más lejos:
dejaron de hilarlo;
la lámpara de oro se rompió,
se quebró el cántaro en la fuente,
y cedió la polea del pozo.
7El polvo vuelve a la tierra de donde vino,
y el espíritu sube a Dios que lo dio.
8¡Esto no tiene sentido! decía Qohelet, ¡nada a qué aferrarse!
9Qohelet era un sabio, que enseñó el saber al pueblo; sopesó, examinó y corrigió muchos proverbios.
10Qohelet procuró pulir sus sentencias y expresar verdades en un estilo muy directo.
11Las palabras de los sabios son como aguijones; una colección de sentencias es como una cerca cuyas estacas han sido ensambladas por un mismo pastor.
12No le añadas nada, hijo mío: ¿para qué más y más libros? Esto no tiene fin, y el demasiado estudio agota al cuerpo.
13Conclusión del discurso: todo ha sido dicho. Teme a Dios y observa sus mandamientos: allí está todo para el hombre.
14Pues Dios juzgará todas las acciones, aun lo que está oculto, tanto el bien como el mal.

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