Anorexia y psicoanálisis

La anorexia en la enseñanza de Lacan

Anorexia y neurosis obsesiva
(sesión del 2 de julio de 1958, seminario V "Las formaciones del inconsciente")

Pasemos ahora a la referencia siguiente, la que se encuentra en la última sesión del seminario V sobre "Las formaciones del inconsciente", titulada, en la edición Seuil, "Eres el que odias" (homofónica, en francés, con "Matar al que odias").

Así como la referencia anterior a la anorexia estuvo asociada al análisis de la singularidad de un caso (el del pequeño Hans y su fobia), en este seminario, esta tercera referencia a la anorexia también aparece asociada a la singularidad de un caso, el de una neurosis obsesiva femenina.

Se trata de un caso que Lacan comienza a comentar en la sesión del 11 de junio del 58, titulada en la edición Seuil "La significación del falo en la cura". Corresponde a un artículo de 1950 titulado "Incidencias terapéuticas de la toma de conciencia de la envidia del pene en la neurosis obsesiva", donde la dirección de la cura se apoya en la interpretación de que "se trata de un deseo de posesión fálica, y correlativamente de un deseo de castración del analista" 1

El artículo presenta el caso de una mujer de 50 años, madre de dos hijos, paramédica, que consulta por su obsesión de haber contraído sífilis, y a la que asocia una interdicción de casamiento para sus hijos, obsesiones infanticidas, de envenenamiento, etc. También tiene obsesiones sobre temas religiosos donde hay frases injuriosas que se le imponen al sujeto en contradicción con sus convicciones, y en lugar de la ostia se imagina un pene.

Lacan subraya, algunas cosas, entre ellas el valor fálico, para esa paciente, de los zapatos, y el dato histórico de que el padre nunca logró hacerse preferir por la madre frente a un primer amor de carácter platónico.

La paciente tenía una relación muy estrecha con la madre y cualquier persona que intentaba entrometerse en esa relación era objeto de un anhelo de muerte. En relación a esto, Lacan recuerda que el problema del deseo es introducido precozmente en la vida del sujeto, punto particularmente manifiesto en la historia del obsesivo. Ser el objeto del deseo de la madre, a esto queda suspendido todo lo que para el sujeto está ligado al acercamiento a su deseo. Ser o no ser lo que el deseo del Otro es.

Esta es la primera discusión de fondo de Lacan con la interpretación que guiá al autor del artículo comentado: el dilema no pasa por tener o no el falo sino por dejar de serlo. Y es a este punto que debe remontarse el problema de la agresividad en este caso: "el deseo original es quiero ser lo que ella desea, ella, la madre. Para serlo es necesario que destruya lo que por ahora es el objeto de su deseo" 2.

La agresividad de esta mujer respecto del marido no pasa porque el hombre tenga el falo sino porque lo es, y es en ese nivel que es su rival y que las relaciones con él están marcadas por el signo de la destrucción obsesiva. La dirección de la cura debería apuntar, según Lacan, a que la paciente comprenda que "eres tu misma la que quieres destruir en tanto tu quieras ser el falo" 3.

Antes de retomar esta temática en la sesión del 2 de julio, en las sesiones intermedias Lacan siguió trabajando el tema de la neurosis obsesiva y la impasse que la misma presenta en relación al deseo por la necesidad de mantener una distancia al deseo (y no al objeto) para que el mismo se sostenga o subsista.

El obsesivo se empeña en destruir el deseo del Otro, y esto lo encontramos ya en las primeras articulaciones de la demanda: "Es una determinada relación, precoz y esencial, con su demanda ($<>D) que puede mantener la distancia necesaria para que sea posible para él, pero de lejos, ese deseo anulado en su esencia, ese deseo ciego, para el que tiene que asegurar la posición" 4.

"De lo que se trata en la fórmula obsesiva es de una destrucción como tal articulada", lo que lleva a Lacan, en las dos últimas sesiones del seminario, a introducir una demanda de muerte formulada precozmente, para dar cuenta de la fenomenología obsesiva. Una demanda de muerte que "representa para el sujeto obsesivo un impasse" (página 495 en la edición Seuil), un obstáculo para la articulación de la demanda del sujeto, ya que la misma debe ser formulada en el lugar del Otro, en el discurso del Otro: "Es de un modo interno que la demanda de muerte concierne al Otro. El hecho de que este Otro es el lugar de la demanda implica, en efecto, la muerte de la demanda. La demanda de muerte no se puede sostener en el obsesivo sin arrastrar en ella misma esta especie de destrucción que llamamos aquí la muerte de la demanda. Está condenada a una oscilación sin fin que lleva a que, en cuanto esboza su articulación, se apaga" 5.

Si recordamos el grafo del deseo, el deseo se encuentra entre la relación del sujeto a la demanda ($<>D) y el Otro. En el obsesivo encontramos el deseo caracterizado por una Verneinung, puesto que es expresado bajo su forma negativa, denegado.

Por la vía de la culpabilidad se plantea una articulación entre esta demanda de muerte y el deseo, en la medida que ella no se define en relación a la ley, o en función de la relación entre la ley y el deseo, sino que "se inscribe en la relación del deseo a la demanda. Todo lo que van en la dirección de una cierta formulación de la demanda se acompañan de una desaparición del deseo" 6. Articulado esto sobre el grafo del deseo, la culpabilidad es el resultado de que el sujeto está condenado a estar en alguno de los lugares, pero no en todos al mismo tiempo. La culpabilidad implica una demanda sentida como interdicta "en tanto que la demanda interdicta golpea (frappe) el deseo, lo hace desaparecer, lo mata". De ahí que, condenado a, como se suele decir, sostener su "autonomía subjetiva", para el obsesivo, todo lo que aparezca en el nivel del deseo, "aún bajo una forma denegada, es ligado a esta aura de la culpabilidad".

El superyó materno, arcaico, por su parte, al que refiere Mélanie Klein, está asociado al primer Otro en tanto soporte de las primeras demandas, demandas emergentes del sujeto, primeras articulaciones de sus necesidades. En ese nivel del primer Otro y las primeras demandas ya se encuentra ese desdoblamiento propio de la estructura significante de la demanda por el cual "aún detrás de la demanda mas primitiva, la del seno y el objeto que represente el seno materno, se encuentra este desdoblamiento en la demanda por el hecho que la demanda es demanda de amor, demanda absoluta, demanda que simboliza al Otro como tal, que, por lo tanto, distingue al Otro como objeto real, capaz de dar tal satisfacción, del Otro en tanto que objeto que da o rechaza la presencia o la ausencia, matriz donde van a cristalizarse las relaciones fundantes (rapports fonciers) que están en el horizonte de toda demanda, el amor, el odio, la ignorancia".

Es en este punto de su desarrollo donde Lacan establece la relación con la anorexia. Veamos el párrafo en cuestión.

Página 499 de la edición Seuil

... un nourrisson ne commence pas des sa première tétée a être un obsessionnel. Mais dés sa première tétée il peut déjà fort bien commencer a créer cette béance qui fera que ce sera dans le refus de s’alimenter qu’il trouvera le témoignage exigé par lui de l’amour que son partenaire maternel. Autrement dit, nous pourrons voir apparaître très précocement les manifestations de l’anorexie mentale.

Qu’est-ce qui spécifie le cas de l’obsessionnel ? Le cas de l’obsessionnel est suspendu a la formation précoce, dans cet horizon de la demande, de ce que nous avons appelé la demande de mort. Demande de mort n’est pas purement et simplement tendance mortifère. Il s’ agit d’une demande articulée, et du seul fait qu’elle est articulée, elle ne se produit pas au niveau du rapport imaginaire a l’autre, elle n’est pas une relation duelle, elle vise au-delà de l’autre imaginaire son être symbolisé, et c’est aussi pour cela qu’elle est pressentie et vécue par le sujet dans son retour . C’est que le sujet, parce qu’il est un sujet parlant, et uniquement pour cette raison, ne peut pas atteindre l’Autre sans s’atteindre lui-même, si bien que la demande de mort est la mort de la demande. C’est a l’intérieur de cela que se situe ce que j’appellerai les avatars du signifiant phallus. (subrayado MS)

Traducción MS

... un lactante no comienza a ser obsesivo desde su primera mamada. Pero desde su primer mamada puede comenzar a crear esa hiancia que hará que sea en el rechazo de alimentarse que encontrará el testimonio exigido por él del amor de su partenaire materno. Dicho de otro modo, podremos ver aparecer muy precozmente las manifestaciones de la anorexia mental.

¿Que es lo que especifica el caso del obsesivo? El caso del obsesivo está suspendido a la formación precoz, en este horizonte de la demanda, de lo que hemos llamado la demanda de muerte. Demanda de muerte no es pura y simplemente tendencia mortífera. Se trata de una demanda articulada, y por el solo hecho de ser articulada, no se produce al nivel de la relación imaginaria al otro, no es una relación dual, ella apunta (vise) mas allá del otro imaginario, su ser simbolizado, y es también por eso que es sentida y vivenciada por el sujeto en su retorno. Es que el sujeto, porque es un sujeto parlante, y únicamente por esta razón, no puede alcanzar al Otro sin alcanzarse él mismo, por lo que la demanda de muerte es la muerte de la demanda. Es al interior de esto que se sitúa lo que llamaré los avatares del significante falo". (subrayado MS)

Si remitimos esto a los fragmentos analizados previamente del seminario IV sobre las relaciones de objeto, este es el punto de pasaje de la frustración de goce a la frustración de amor, el punto de báscula en que el Otro deviene real y omnipotente. La particularidad de la neurosis obsesiva es que la resolución del mas allá de la demanda, es decir, el deseo del Otro, queda atrapado en la articulación de una demanda de muerte.

Esta demanda de muerte surge en ese mismo momento de estructuración del deseo en que la demanda distingue al Otro como objeto real de cómo objeto simbólico. La nada de la anoréxica, entonces, podría relacionarse aquí, con la muerte en tanto objeto de esas primeras demandas.

Comer nada
Demandar muerte

Ambas situaciones corresponden al momento de "comenzar a crear esa hiancia". Allí donde la anoréxica come "nada", como vía para crear la hiancia, el obsesivo articula una demanda de muerte. Lo interesante es que lo que Lacan busca subrayar en esa relación entre neurosis obsesiva y anorexia es la función del falo. En ambos casos, es en el seno de estas impasses que se desenvuelven los "avatares del significante falo" (el falo también surge de estas relaciones primeras del viviente con el significante: "una imagen vital privilegiada, elevada a la significación de significante" 7). Estos "avatares" pasan, para el sujeto, por la cuestión de "ser" el falo.

Lacan remonta "la ambivalencia que hace equivaler demanda de muerte a muerte de la demanda" 8 a los lazos estrechos madre hija. Esa demanda de muerte que Klein intenta referir a las pulsiones agresivas primordiales del sujeto, se encuentra en el lazo que une el sujeto a la madre. Y lo que será particularmente anulado por el obsesivo es lo que marca el lugar del deseo del Otro como tal, es decir, el falo. Análogamente, el falo es lo que, en la anorexia, aparece recubierto por la condición absoluta de la "nada".

Notas

1 Jacques Lacan, Le Séminaire, Livre V "Les formations de l’inconscient", Ed. Seuil, página 449

2 Idem, página 454

3 Idem

4 Idem, página 470

5 Idem, página 495

6 Idem, página 498

7 Idem, página 497

8 Idem, página 502

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