Psicoanálisis y Ciencia

Freud y la linguística

1 - Introducción

La lingüística no parece haber sido una de las referencias científicas de Freud.

A pesar de ser contemporáneo del auge y desarrollo de la gramática comparada, Freud la ignora casi sistemáticamente. La única referencia de Freud a alguna gramática es a la "Gramática de la lengua egipcia" del egiptólogo británico Alan Gardiner cuando, en su texto sobre Leonardo da Vinci, Freud asocia la palabra "mut" ("madre") con la grafía jeroglífica de un buitre o milano.

 

Saussure

Es llamativo que no haya ninguna referencia de Freud a Ferdinand de Saussure. Es posible que

Sin embargo, conoció a su hijo Raymond, en 1920, en el Congreso Internacional de La Haya, y lo analizó durante algunos meses. Por lo tanto, tuvo noticias del lingüista. Sobre todo si tenemos en cuenta el interés que parece haber tenido Raymond en abrir un dominio de investigación común al psicoanálisis y la lingüística, según lo testimonia en una carta a Charles Bally, en 1916, a poco de que este editara el "Cours de linguistique génerale".

De hecho, Raymond de Saussure, si bien había comenzado estudios de letras, rápidamente se orientó hacia la psicología, apasionándose por los cursos de Théodore Flournoy, que abordaba las teorías freudianas. Además, se casó con la hija de este profesor. Raymond de Saussure fue uno de los primeros psicoanalistas de lengua francesa y junto a Charles Odier, uno de los fundadores de la Société psychanalytique de Paris (SPP) en 1926

En 1922 Freud redactó un prólogo para el libro de Raymond de Saussure "La methode psychanalytique". Este texto nunca tuvo republicaciones en francés, entre otras razones debido a que el libro fue lamentablemente retirado de circulación porque contenía el relato de un sueño (que Freud comenta en el prólogo) con numerosos detalles sexuales que permitían identificar al paciente

El prólogo o fue publicado en alemán, pero el propio De Saussure le facilitó a Strachey el manuscrito original en alemán, fuente utilizada para su traducción al inglés. Este texto de Freud fue incluido en el tomo XIX de la Standard Edition, aunque por su fecha debía incluirse en el anterior. Stracher indica que tomó conocimiento de dicho texto una vez publicado ese tomo XVIII. En la edición al castellano de la editorial Amorrortu se encuentra en el tomo XVIII, páginas 272/3

En 1940, Raymond de Saussure viajó a los Estados Unidos, donde rehizo sus estudios de medicina y se incorporó a la New York Psychoanalytical Society (NYPS). Allí conoció a Roman Jakobson, quien le habló de la obra de su padre, haciéndole ver por primera vez los vínculos fructíferos que podrían acercar al psicoanálisis y la lingüística

Pero Freud ya había muerto.

Ver la biografía de Raymond de Saussure en

http://www.tuanalista.com/Diccionario-Psicoanalisis/7252/Saussure-Raymond-de-%281884-1971%29-Psiquiatra-y-psicoanalista-suizo-pag.3.htm

 

Linguistica

Las más de 100 referencias a la lingüística son en forma de adjetivo. Solo hay tres referencias a la lingüística como nombre de la correspondiente ciencia.

La primera de ellas se encuentran en el texto de 1910 "Sobre el sentido antitético de las palabras primitivas" (OC, Amorrortu, Tomo XI, páginas 143 y siguientes). Allí menciona que "solo la accidental lectura de un trabajo del lingüista Karl Abel, publicado en 1884 como folleto separado y al año siguiente incluido entre los "Ensayos de lingüística" de ese autor, me permitió entender esa rara inclinación del trabajo del sueño a prescindir de la negación y a expresar cosas opuestas por medio del mismo recurso figurativo" (página 147)

Karl Abel fue un filólogo alemán. Publicó en 1885, en Leipzig el libro al que refiere Freud, titulado "Sprachwissenschaftl iche Abhandlungen" ("Ensayos de lingüística"). El capítulo al que Freud se refiere probablemente sea el octavo, que lleva por título "Sobre el sentido opuesto de las palabras originarias". En él habla del periodo en el que el ser humano empezó a formar sus conceptos, de los tiempos primitivos en los que se formó el lenguaje. Y las pruebas más antiguas del habla humana las encuentra en los jeroglíficos egipcios que se remontan hasta los 4.000 años a.C.

Freud toma varias citas de ese capítulo relativas a estas operaciones primitivas en la lengua. Lo que le interesa del texto de Abel es la similitud entre la operatoria del sueño con ciertas peculiaridades de las lenguas más antiguas (para el caso, la egipcia). Freud utiliza estas referencias para apoyar su planteo de que los procesos de pensamiento presentes en la elaboración del sueño serían regresivos y arcaicos. Es decir, a Freud le interesan más estos arcaísmos que la filología comparada en si como disciplina. Hasta podríamos decir que Freud se fija en Abel, más que por filólogo comparado por ser reconocido como especialista en egipcio (y conocemos el interés y gusto de Freud por lo egipcio)

Cabe señalar que esta referencia de Freud a Abel fue tomada y criticada por Benveniste en un texto que Lacan menciona en nota a pie de página en su escrito sobre la carta robada. El texto de Benveniste se titula "Observaciones sobre la función del lenguaje en el descubrimiento freudiano". Su crítica a Abel es lapidaria. Pero lo más interesante del artículo de Benveniste es que señala el deslizamiento de los errores de Abel en la concepción de Freud. En particular, le critica el deslizamiento de la idea evolucionista, que lo lleva a ubicar lo "primitivo" en el inconsciente bajo la lógica de que "la ontogénesis repite la filogénesis". Este planteo es equivocado para Benveniste. Y es también contradictorio con el principal gesto diferencial de Saussure respecto a la filología comparada: dejar de lado las mezclas de las referencias históricas, es decir, de las cuestiones "evolutivas". La crítica de Benveniste es muy certera porque en Freud, el recurso al "origen" es sistemático, y ese quizás ha sido su principal obstáculo a una concepción estructural que, sin embargo, le fue contemporánea.

No obstante, quizás importe retomar algunas de las coincidencias entre Abel y Freud, para percibir, también, desde qué punto de vista interviene Benveniste. Milner señala que la cuestión no pasa tanto por la inexistencia del no (puesto que el sueño opera inversiones que lo suponen) sino por la cuestión de la indecibilidad, es decir, el punto que requiere del intérprete, que introduce una distinción allí donde la simple vista no alcanza.

Según Milner, el "gegensinn" (sentido antitético) consiste en negar el principio leibnizeano de los indiscernibles (no puede ser que dos seres que serían semejantes por todas sus propiedades sean, sin embargo, distintos). Según Freud esto es posible en el trabajo del sueño.

Y cuando Benveniste critica a Abel, arremete contra la indecibilidad en la lengua. Por eso, no solo critica sus datos filológicos, sino el absurdo que para él es el gegensinn en la lengua, es decir, la idea de que un solo elemento de la lengua X designe A y no-A a la vez. Esto se debe a que, para Benveniste, "la lengua es el instrumento para ordenar el mundo y la sociedad (…) cada lengua es específica y configura el mundo a su manera propia" (en el texto mencionado de Benveniste). A diferencia de Benveniste, para quien la lingüística no tiene porqué saber nada de una instancia externa a la lengua, lo propio del gesto del lingüista en Abel, y de la interpretación en Freud, es introducir a partir de un exterior, diferenciaciones en el objeto sobre puntos en los que el objeto mismo no diferenciaba. Para Benveniste la lengua realiza por si sola todas las diferencias de las que tiene que conocer.

En ese sentido, Benveniste es Saussureano: la lengua es solo un sistema de diferencias.

Lo interesante del planteo de Abel, para Milner es que, más allá de los errores en sus datos filológicos, demuestra la homofonía ocasional de los antónimos. Y lo que el debate con Abel revela, en cuanto a la posición de Benveniste, es que este se refiere al sentido (sinn) y no a la referencia (bedeutung). Eso se ve en el examen del término "sacer": "lo que determina las propiedades del lexema es la ambivalencia de lo sagrado; lo que determina las propiedades de lo sagrado no es el sentido del lexema. Aquí la lengua está afectada por algo que le es radicalmente exterior". Aún cuando la serie de los ejemplos de gegensinn de Abel se tenga que restringir, para Milner, lo importante es que existen. El ejemplo de lo sagrado es una ilustración particular de una estructura más general: "toda palabra que designe el límite separador entre dos dominios será una palabra ‘desdoblada’" . Y un límite puede ser abordado de un lado o del otro, y por poco que los dos lados se conciban como opuestos, la doble posibilidad se cumplirá en gengensinn. Es decir, aunque los datos de Abel sean falsos, el problema que él señala es auténtico.

Las propiedades de un ser lingüístico son, a grandes rasgos, su forma fónica y su sentido. Si ninguno de estos dos órdenes permite discernir las unidades, el principio de los indiscernibles concluirá que hay nada más que uno solo. Y esto es lo que no concluye Benveniste. Según Milner, en el caso de Abel y de Freud, no se trata ni de gegensinn ni de ausencia de contradicción o de no, sino de la estructura real de la que el gegensinn y la ausencia de contradicción son los índices manifiestos: el rechazo del principio de los indiscernibles y la disyunción de los unos. En efecto, pensar que dos unidades no forman más que una desde el ángulo de sus propiedades materiales y sin embargo forma dos desde el ángulo del análisis lingüístico, es que pensar que los unos están disjuntos. Entonces, si hay indiscernible en Abel y Freud es en nombre de un discernimiento externo. Si hay indiscernible en Benveniste es porque no hay instancia externa y la decisión última la tiene la estructura. En los primeros, la lengua no basta para decidir, en el segundo, la propia realidad es indistinta. Según Milner, esto mismo es un gegensinn ya que la lingüística falaz y fantasmática de Abel invierte la lingüística positiva y rigurosa de Benveniste como en un espejo.

Completemos ahora los comentarios sobre la relación de Freud con la lingüística.

Las otras dos referencias que habíamos mencionado al término "lingüística" se encuentran, una en la décima conferencia de introducción al psicoanálisis, de 1915, dedicada al simbolismo del sueño, y la otra en la 29° conferencia de 1932 (en la que hace la revisión de la doctrina de los sueños). En ambos casos son solo referencias generales del tipo: "A raíz del trabajo psicoanalítico se urden lazos con muchas otras ciencias del espíritu, cuyo estudio promete los más valiosos frutos; tanto con la mitología como con la lingüística, con el folklore, con la psicología de los pueblos y con la doctrina de las religiones" (conferencia de 1915), o bien:"En tales casos era forzoso que acogiéramos con particular interés corroboraciones de otros campos: de la lingüística, el folklore, la mitología, el ritual" (conferencia de 1932).

Notas

(1) J. Allouch, "Freud et puis Lacan" (ELP); en particular el capítulo "Freud desplazado" (también publicado en el primer número de la revista "Littoral" que se edita en Córdoba, Argentina).

(2) J. Allouch, "Freud y después Lacan", Edelp, página 27

(3) Idem, página 95)

(4) J. Lacan, Escritos I, página 168

(5) J. Lacan, Los complejos familiares

(6) J. Allouch, "Freud y después Lacan", Edelp, página 99

(7) Idem, página 101

(8) Idem

(9) J. Lacan, "Repuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung de Freud", Escritos 1, página

(10) J. Allouch, "Freud y después Lacan", Edelp, página 29

(11) Idem

(12) S. Freud, "Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XIV, página 7

(13) Idem, página 24

(14) Idem, página 7

(15) Idem, página 24

(16) Idem, página 25

(17) Idem

(18) J. Lacan, "Variantes de la cura tipo", Escritos I, Ed. Siglo XXI, página 344

(19) J. Lacan, Seminario I "Los escritos técnicos...", sesión del 13 de enero de 1954

(20) J. Lacan, "Television", Ed. Seuil, página 17

(21) J. Lacan, "El psicoanálisis y su enseñanza", Escritos I, Siglo XXI, página 420

(22) S. Freud, "Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XII, página 114

(23) J. Lacan, "Variantes de la cura tipo", Escritos I, Ed. Siglo XXI, página 348

(24) S. Freud, "Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XII, página 111

(25 ) S. Freud, "Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XII, página 116

(26) J. Lacan, "La cosa freudiana", Escritos I, Ed. Siglo XXI, página 386

(27) J. Allouch, "Freud y después Lacan", Edelp, página 77

(28) Idem, página 73/4

(29) En la sesión del 2 de febrero de 1955 (Seminario II, "El yo en la teoría de Freud"), refiriéndose a lo que serían 4 esquemas en Freud: la psicología para neurólogos (inédita para ese entonces), la interpretación de los sueños, la libido y el mas allá del principio de placer, Lacan plantea que: "Aunque vinculados a funciones completamente diferentes, estos esquemas presentan algo semejante en su forma. En efecto, se trata siempre de un esquema del campo analítico. Al comienzo, Freud lo llama aparato psíquico, pero ya verán los progresos que realiza, que son los de su concepción respecto a lo que podemos llamar el ser humano" (subrayados MS).

(30) En la sesión del 19 de mayo del 55 Lacan contrapone a la relación de objeto "El campo de la experiencia freudiana (que) se establece en un registro de relaciones muy diferente. El deseo es una relación de ser a falta" (subrayado MS).

(31) En la primera sesión del seminario VI "El deseo y su interpretación" (sesión del 12 de noviembre de 1958), haciendo referencia al esquema (¿) Lacan señala: "Al nivel de la segunda y tercera etapas del esquema, les dije que tenemos un uso más consciente del saber, quiero decirles que el sujeto sabe hablar y habla. Es lo que hace cuando llama al otro, y por tanto es allí donde se encuentra la originalidad del campo que Freud descubre y que llama lo inconsciente, es decir, ese algo que pone siempre al sujeto a cierta distancia de su ser, lo que hace que precisamente ese ser no se le junte jamás, y que por eso es necesario que no pueda hacer otra cosa que alcanzar su ser en esa metonimia del ser en el sujeto que es el deseo" (subrayado MS).

(32) En el seminario VII sobre "La ética", en la sesión del 18 de mayo de 1960 dice: " el fantasma, es un no-toquen-lo-bello; el fantasma puede estar en la estructura de ese campo enigmático cuyo primer margen, lo conocemos, es el que nos impide entrar en el principio de placer, es el margen del dolor. Es menester que nos interroguemos sobre lo que constituye ese campo: Freud ha dicho pulsión de muerte" (subrayado MS).

(33) En la cosa freudiana: "¿Acaso les revelaré algo nuevo si les digo que esos textos a los que consagro desde hace cuatro años un seminario de dos horas todos los miércoles de noviembre a julio, sin haber puesto en obra hasta ahora más de una cuarta parte, suponiendo que mi comentario implique la totalidad, nos han dado, a mí como a los que me siguen, la sorpresa de verdaderos descubrimientos? estos van desde conceptos que han permanecido inexplotados hasta detalles clínicos abandonados al hallazgo de nuestra exploración, y que dan testimonio de cómo el campo que Freud experimentó rebasaba las avenidas que se encargó de disponer en él para nosotros, y hasta qué punto su observación, que produce a veces la impresión de ser exhaustiva, estaba poco sometida a lo que tenía que demostrar." (subrayado MS)

(34) En "Observación sobre el Informe de D. Lagache": "Nos detendremos en el mismo punto que Daniel Lagache para hacer el balance de nuestra divergencia. Está en la función misma que él da a la intersubjetividad. Pues ésta se define para él en una relación con el otro del semejante, relación simétrica en su principio, como se ve en el hecho de que Daniel Lagache formula que por el otro el sujeto aprende a tratarse como un objeto. Para nosotros, el sujeto tiene que surgir del dato de los significantes que lo recubren en un Otro que es su lugar trascendental: por lo cual se constituye en una existencia donde es posible el vector manifiestamente constituyente del campo freudiano de la experiencia: a saber lo que él llama el deseo" (subrayado MS). J. Lacan, Escritos II, Ed. Siglo XXI, página 635

(35) En "Subversión del sujeto...": "En nuestro sesgo para situar a Freud, nada pues que se ordene por la astrología judiciaria en que está sumida la psicología. Nada que proceda de la calidad, o incluso de lo intensivo, ni de ninguna fenomenología con la que pueda tranquilizarse el idealismo. En el campo freudiano, a pesar de las palabras, la conciencia es un rasgo tan caduco para fundar el inconsciente sobre su negación (ese inconsciente data de santo Tomás) como es inadecuado el afecto para desempeñar el papel del sujeto protopático, puesto que es un servicio que no tiene allí titular" (subrayado MS). J. Lacan, Escritos II, Siglo XXI, páginas 778/9

(36) J. Lacan, "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo", Escritos II, Siglo XXI, página 779

(37) J. Lacan, Seminario "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", Ed. Paidos, página 11

(38) Idem, página 12

(39) Idem, página 14

(40) Idem, página 17

(41) J Allouch, "Freud y después Lacan", Edelp, página 74

(42) J. Lacan, Seminario XI "Los fundamentos del psicoanálisis", sesión del 15 de enero de 1964

(43) J. Lacan, Seminario "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", Ed. Paidos, página 165

(44) Idem, páginas 165/6

(45) J. Lacan, "De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad", Ed. Siglo XXI, en la nota a pie de página número 29 de la página 252: "Las profesiones delirantes... Doy ese nombre a todos aquellos oficios cuyo principal instrumento es la opinión que uno tiene de sí mismo, y cuya materia prima es la opinión que los demás tienen de uno. Las personas que los ejercen, condenadas a una eterna candidatura, están afligidas siempre, necesariamente, de cierto delirio de grandeza, atravesados y atormentados sin descanso por cierto delirio de persecución. En este pueblo de únicos reina la ley de hacer lo que nadie ha hecho nunca, y lo que nadie hará nunca. Tal es cuando menos la ley de los mejores, es decir, de aquellos que tienen el ánimo de querer declaradamente algo absurdo. No viven más que para obtener y hacer duradera la ilusión de estar solos, pues la superioridad no es sino una soledad situada en los límites actuales de una especie. Cada uno de ellos funda su existencia sobre la inexistencia de los demás, pero a los cuales hay que arrancarles su consentimiento de que no existen... Observad bien que no estoy haciendo otra cosa que deducir lo que se halla envuelto en lo que se ve. Si lo dudáis haceos la siguiente pregunta: ¿a qué tiende una labor que absolutamente no puede ser realizada más que por un individuo determinado, y que depende de la particularidad de los hombres?" (subrayados MS).

(46) J. Allouch, "Freud y después Lacan", EDELP, página 80

(47) J. Lacan, Seminario "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", E. Paidos, página 133

(48) J. Allouch, "Freud y después Lacan", EDELP, página 75

(49) "Campo Freudiano" es una denominación monopolizada por la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), y "Campo Lacaniano" es una denominación que se disputan algunos grupos de los llamados "lacanoamericanos" y la Internacional de Foros surgida de la escisión de la AMP del 98 encabezada por C. Soler.

(50) J. Allouch, "Freud y después Lacan", EDELP, página 103

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