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Sesión del 10 de mayo de 1967
"El Otro es el cuerpo"
Notas de lectura y comentarios
La ubicación de
las citas es indicada con paginación de la edición Paidós
Tu eres...
La trama del seminario de este año es la estructuración del acto por el que, de la relación de un significante a otro, el sujeto nace, surge. Y esto les exige a esos significantes, "el material" (6).
Hacer un acto es introducir una relación entre significantes por la cual una coyuntura es consagrada como significativa, es decir, como ocasión de pensar (sin que la motricidad voluntaria sea en ello, una dimensión esencial).¿Sería posible hablar de acto si los significantes en juego fueran, eventualmente, hombre y mujer?.
Lo primero que plantea la teoría y la experiencia analítica para caracterizarlo es que el acto sexual conlleva satisfacción.
Pero ¿qué satisfacción? ¿A qué satisface el acto sexual?
El único registro donde podríamos responder "al placer" sería la afirmación de un hedonismo como el que pretende ilustrar Diógenes con su gesto de masturbación.
Pero esa respuesta es insuficiente. La búsqueda implicada por el acto sexual hace aparecer una variedad de modos de satisfacción que es imposible captar en su conjunto por fuera de un escrutinio lógico que permita ubicar lo que está implicado por la diferencia entre un ser masculino y un ser femenino. Justamente, lo que implica la afirmación "no hay acto sexual" es que no hay una repartición simple tipo "pieza macho" y "pieza hembra".Lacan señala que cuando pronuncia su famoso ejemplo de "tu eres mi mujer", eso no alcanza a definirlo como "su hombre". A lo sumo se funda como su "algo", en un anhelo de pertenencia que está preñado de un pacto de preferencia. Ese pacto no nos enseña nada en lo que concierne el ser del hombre o de la mujer. A lo sumo supone dos términos opuestos, la necesidad de que haya dos. Pero "lo que es cada cual y ninguno, está enteramente excluido del fundamento en la palabra en lo que concierne a lo que tiene que ver con la unión" (7).
Esto deja también de lado la categoría de la feminidad. Si retomamos la pregunta de Freud, "qué quiere una mujer", que equivale a preguntar "qué es una mujer", aunque convocó a casi todo el arco psicoanalítico, y afectó a todos los que se le acercaron, nunca encontró respuesta o manera de saber algo más sobre lo que concierne al goce femenino.
El acto sexual implica, en todos los niveles, un elemento tercero, sea que se trate de la madre en tanto toma lugar en la estructura edípica como prohibida, siempre presente en el deseo, y a la cual se enganchan todas las degradaciones de la vida amorosa, sea que se trate del falo, que implica la invención de una negación especial en la medida en que "debe faltar a quien lo tiene" sin por ello que lo pierda, y que deviene "el ser del partenaire que no lo tiene" (8).
Lacan vuelve a señalar la ausencia de referencia al sexo en el completo catálogo de "categorías" que desarrolló Aristóteles. En particular, señala la contradicción de ello con el apego a la gramática que se le atribuye habitualmente, puesto que la lengua griega está tan sometida como la francesa a lo que Pichon llama la "sexui-semejanza". De ahí la pregunta de si, como también menciona Pichon, ¿sería el ser insexuable?
3 - El lugar del Uno
Ese elemento tercero necesario al acto sexual, se traduce en la estructura por la triplicidad del objeto a, el Uno y el gran Otro.
El Uno concierne la pretendida unión sexual y designa ese campo donde se interroga la posibilidad del "acto de partición que necesitaría el reparto de funciones definidas como macho y hembra" (9). Hay un abismo entre cualquier promoción de la bipolaridad macho hembra y lo que nos da la experiencia respecto el acto que la funda. La metáfora del caldero, a la que recurría Lacan en su discusión con Green, anticipa que hay en todo esto algo que remite a un gap, a un agujero.
"Es de ese campo designado Uno", numerado Uno, pero no asumido como unificante hasta que lo hayamos probado, "de donde habla toda verdad" (10).
La verdad no tiene otra forma que el síntoma, la significancia de las discordancias entre lo real y la razón por la que se da, es decir, la ideología, si en ese término incluimos la percepción misma. De hecho, la percepción es el modelo de toda ideología. Todo lo que existe de ideologías siempre ha estado construido sobre una reflexión primera que recaía sobre la percepción.Todo lo que hay en el mundo del conocimiento místico no es sino el acto sexual, reverso de la fórmula "no hay acto sexual". En la base de todo lo que se aportó de conocimiento, solo hay, en su principio, el acto sexual. Decir que hay relaciones con la verdad que no atañen al acto sexual, es lo que propiamente no es cierto.
Solo hay un dominio, al parecer, que no tendría relación con el acto sexual en tanto que atañe a la verdad: la matemática en el punto en que confluye con la lógica. Pero eso es lo lleva Russell a decir que uno jamás sabe si lo que uno avanza allí es verdad. Quizás "tampoco ese maravilloso despliegue moderno de la lógica matemática no tenga relación con el suspenso de si hay o no un acto sexual" (11).
La fórmula según la cual "lo verdadero concierne lo real en tanto estamos comprometidos por el acto sexual" (12), exista este o no, le parece a Lacan la más general y la más justa, en el punto al que ha llegado.
Es en el lugar de este Uno agujereado que se anuda todo síntoma, comportando por ello su costado de satisfacción.
Un síntoma mantiene con el acto sexual relaciones más estrechas que la verdad con el "no pienso" fundamental donde el hombre aliena su "no soy" tan poco soportable.
Quizás por eso, "ser rechazado" es preferible a "no ser".Notas
(1) Edmund Bergler, "The basic neurose. Oral Regression and Psychic Masochism", "La névrose de base", "La neurosis básica. La regresión oral y el masoquismo psíquico"
(2) Jacques Lacan, El Seminario, Libro XI "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", (en la última sesión, del 24 de junio de 1964) Editorial Paidós, página 274
(3) Jacques Lacan, Seminario XIV "La lógica del fantasma", sesión del 10 de mayo 1967, página ALI-291
(4) Idem, página ALI-293
Idem, página ALI-294
(5) Jacques Lacan, El Seminario, Libro XI "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", Editorial Paidós, página 165
Idem, página ALI-295
(6) Jacques Lacan, Seminario XIV "La lógica del fantasma", sesión del 10 de mayo 1967, página ALI-293
Idem
(7) Idem, página ALI-294
Idem, página ALI-298
(8) Jacques Lacan, "La lógica del fantasma" (reseña de enseñanza), Otros escritos, Editorial Paidós, páginas 343/8
Idem, página ALI-299
(9) Jacques Nassif, "Compte rendu du séminaire "La logique du fantasme"", Lettres de l'École Freudienne de Paris, Numero 5, mai 1968
Idem, página ALI-300
(10) Jacques-Alain Miller, "La orientación Lacaniana", Seminario 2001-2002 "Le désenchantement de la psychanalyse" ("El desencanto del psicoanálisis"). Inédito.
Hay una traducción al castellano de las sesiones del 15 y 22 de mayo de ese seminario en SobreVolando Lacan Quotidien, con el título de "Intuiciones Milanesas" (que es también el título de la exposición de Miller en ocasión de la creación de la Scuola Lacaniana di Psicoanalisi del Campo Freudiano en Italia, realizada en Milan. el 12 de mayo 2002.Idem
(11) Idem, página ALI-302
(12) Idem
(13) Idem, página ALI-303
(14) Idem, página ALI-304
(15) Idem
(16) Idem, página ALI-305
(17) Idem, página ALI-306