Sesión del 8 de diciembre 1971
"La pequeña diferencia"
Notas de lectura y comentarios
La ubicación de
las citas es indicada con número de página de la edición Paidós
1 - Disyunciones
Lacan presentó el título de su seminario un mes antes, al final de la primera de las charlas en Sainte Anne, la del 4 de noviembre: “se escribe así: para empezar, tres puntos. Luego una o y una u. En el lugar de los tres puntos pongan lo que quieran, lo dejo librado a su meditación. Este “ou” es lo que se llama “vel” o “aut” en latín. Se le agrega “peor”. Y de eso resulta “… o peor” (1)
Es decir, presenta el título como una disyunción lógica, subrayando que el “o” es un “vel” o un “aut”, sin distinguir que “vel” y “aut” suelen marcar la diferencia entre las disyunciones inclusiva (o débil) y exclusiva. A la primera le corresponde la tabla de verdad que solo da "falso" si ambas proposiciones también lo son. En cambio a la segunda solo da "verdadero" en el caso en que las dos proposiciones tengan diferente valor de verdad (es decir, se puede elegir o uno o el otro, pero no más de uno). Esta conexión lógica plantea que el título no sería una proposición, sino dos proposiciones.
Al comenzar la sesión, Lacan retoma una presentación del título, pero desplazando el acento del conector lógico “o” a los dos componentes.
Por un lado, señala que “peor” “es un adverbio, pero disyunto” (11). ¿Qué implica esta “disyunción”?
La función principal de los adverbios es actuar como modificadores o complementos de un verbo o frase verbal, brindando información acerca del modo, lugar, tiempo, certeza, u otras circunstancias de la actividad expresada por el verbo o frase verbal. En la nueva terminología lingüística, los adverbios se dividen en tres grupos: adjuntos, modificadores de verbos, adjetivos o adverbios; los conectivos, que resumen o relacionan oraciones, o partes del texto; y los disyuntivos, cuyo significado se centra en la totalidad de una oración (por eso también se los llamarían “adverbios de frase”). Obviamente, el carácter de la “disyunción” de estos adverbios “disyuntivos” o “de frase”, es en términos gramaticales y no lógicos. Es decir, ese tipo de adverbio no se plantea como una proposición separada; su significado alcanza a toda la oración, pero formando parte de la misma proposición. Los ejemplos clásicos de este tipo de adverbios son los terminados en “mente”: felizmente, sorpresivamente, etc., que significan todo el resto de la oración.En suma, tenemos cierta ambigüedad en juego con la “disyunción” que plantea Lacan en este comienzo de la sesión: ¿es una “disyunción” lógica, como la que propuso al final de la charla en Sainte Anne cuando presentó el título de su seminario, o es una “disyunción” de tipo gramatical, como la que resulta de subrayar el carácter adverbial de “peor”?
Que peor sea un adverbio (en términos generales, también podría ser un adjetivo), tiene su importancia, porque permite definir que lo que habría del lado de los tres puntitos, sería…. un verbo!Los tres puntos son “para señalar o dejar un lugar vacío” (11). Lacan subraya la importancia de ese vacío en tanto sería “el único modo de decir algo con ayuda del lenguaje”, “el único modo de atrapar algo con el lenguaje” (11), “el único modo en que el lenguaje llega a algo” (12) (negritas mías). Con el vacío el lenguaje “dice”, “atrapa”, “llega a” “algo” (lo real) mediante un abordaje por la lógica.
Poner en juego la referencia al vacío con los tres puntitos, es poner en juego la lógica.
Es hacer jugar un lugar de sustitución. No solamente en sentido metafórico, para la creación de un plus de sentido, sino para dar lugar al funcionamiento de un sistema de letras, y la noción de variable.Una variable es un término o símbolo al que puede aplicársele diversos valores o significados.
En lógica de enunciados, las variables son las letras de enunciado por oposición a las constantes lógicas, que son las conectivas.
En lógica de predicados, una variable es una letra que representa, junto a un predicado, cualquier objeto poseedor de la propiedad que éste menciona. Habitualmente, a las variables se aplican las letras x, y, z, ..., que actúan a modo de pronombres, que ocupan el lugar de los objetos.Lo que Lacan llama "variable aparente" es la denominación antigua de "variable ligada", por oposición a "variable libre".
Una variable ligada es una variable que anteriormente estaba libre, pero que ha sido ligada a un valor específico o conjunto de valores llamado dominio de discurso o universo.
Por ejemplo, la variable x se convierte en una variable ligada cuando escribimos la ecuación cuadrática: ax²+bx+c=0
Retomando la lógica de proposiciones, la variable puede tener diferentes valores, y según la conveniencia con la proposición, resultará para la misma un valor de verdad o falsedad.Volviendo al título, ¿qué es lo que ocupa el lugar vacío de los tres puntos del título? Como vimos, en la medida en que “peor” es tratado como un adverbio, en ese lugar debería haber un verbo.
Sin embargo, en lógica (y como veremos con la noción de función de Frege), el verbo es el único término a partir del que no podríamos hacer un lugar vacío, una variable.
Cuando queremos convertir una proposición en función, “el verbo es lo que constituye la función” (12), y lo que lo rodea hace argumento.
Si vaciamos el lugar del verbo para constituirlo como variable, lo transformamos en argumento, motivo por el cual Lacan indica que pasaría a ser “cierta substancia” (12), puesto que lo que va en el lugar de las variables, es el sujeto en tanto objeto que verifica la falsedad o verdad del argumento. Y en las “Categorías”, Aristóteles define la substancia como aquello de la que se predica algo.Asumiendo ese desplazamiento, entonces el verbo en juego en esa variable debe objetivarse, por eso Lacan señala que no podría ser “decir”, sino “un decir”.
Esa objetivación no es en términos de un objeto conceptual, que podría designarse o nombrarse, sino que implica lo que podríamos asociar de “referencia” a “un decir”, que remite a la estructura de discurso que desarrolló en el seminario XVII.
La “expresión” de ese “un decir”, es “una proposición completa: no hay relación sexual” (12).
Entonces, esa expresión sería el argumento que vendría a saturar la función, y a dar su valor de verdad.Es un contexto un poco ambiguo.
Tenemos toda una proposición planteada como tres puntitos, que no se acotan al lugar de la X de la variable de una función, sino que han ocupado el lugar de una de las proposiciones de la disyunción lógica.
Pero como vimos, tenemos dos “lados”, el de los puntitos, y el de peor.
Del lado de los puntitos tenemos la expresión “no hay relación sexual”, que viene a dar el valor de verdad de la proposición.
Entonces podríamos escribir el título como una disyunción lógica (tal como lo propuso en la primera charla en Sainte Anne, aunque en ese momento no dijo que lo que iría en el lugar de los tres puntitos sería “no hay relación sexual”, sino que dejó librado ese espacio “a la meditación” de los presentes):“no hay relación sexual” V “peor”
Si la expresión “no hay relación sexual” da cuenta de la verificación de la proposición, entonces se plantea la cuestión de la verdad.
Si procediéramos como en lógica, la verdad se reduciría a su valor formal, es decir, a una letra que escriba “verdadero” o “falso”
Pero la verdad que trae Lacan es la del psicoanálisis, la que solo puede semi-decirse (“mi-dire”). Es decir, que el “un decir” como valor de la variable que haría verdadera la función, solo llega como “medio decir”, como no completo.
La otra mitad de ese medio decir iría a parar a la otra proposición de la disyunción, es decir, a “peor”: “se trata de que la otra mitad diga peor” (12) (negritas mias).En suma, el título tiene dos “mitades”, en una relación de disyunción, entre gramatical y lógica.
Lacan señala que la expresión “no hay relación sexual” propone esta verdad: “el sexo no define ninguna relación en el ser parlante” (13).
El título del seminario sugiere que, en vez de una elección entre polos de una relación sexual, tenemos una elección entre lo que hace obstáculo a la relación sexual (no hay) y peor2 - Función y cuantificadores
En la página 14 está el esquemita de la función de Frege.
Y una de las cuestiones que los gráficos convocan, producen, son las disparadas imaginativas y la producción antojadiza de sentidos. Y el huequito debajo de la x es particularmente proclive a ello (que un vacío, un agujero, la castración, el vacío de los ideogramas chinos, etc., etc.).
Por eso quisiera precisar como lo plantea Frege en su “Conceptografía” o “Ideo grafía” (“Begriffsschritt”) (que es de donde Lacan toma dicho gráfico).Allí Frege elabora una teoría de la cuantificación, introduce la noción de función lógica e implementa el uso de variables y constantes. Para él, la lógica no es un simple modelo de cálculo formal. Los signos son inseparables del contenido conceptual que representan o conllevan, y ese contenido conceptual es un contenido objetivo que requiere de un instrumento para su expresión. Esa es la pretensión de su "Conceptografía" (2). Por eso rechaza todo tipo de psicologismo, o de introducción de aspectos mentales en lógica (ponernos a asociar libremente sobre el huequito del dibujo de la página 14 sería lo más inconducente, para Frege).
De la misma manera, critica las ambigüedades del lenguaje común y sus insuficiencias para la “expresión del pensamiento puro”. En particular rechaza la estructuración gramatical trasladada al lenguaje de la lógica tradicional. Por ejemplo, lo que considera la confusa terminología de sujeto y predicado. La diferencia entre decir que “los griegos derrotaron a los persas en Platea” o decir que “los persas fueron derrotados por los griegos en Platea” es irrelevante para la lógica ya que presentan el mismo contenido conceptual, y cualquiera de los dos enunciados podría ser reemplazado indistintamente por el otro.
Frege busca reemplazar los conceptos de sujeto y predicado por los de argumento y función.Veamos como se van representando las nociones centrales de la Conceptografía
La “expresión” del “contenido de juicio” se representa por una letra.
El “contenido del juicio” se representa por una barra horizontal que Frege denomina “trazo de contenido”, que indica un pensamiento en el cual aún no se reconoce juicio alguno acerca de la verdad de dicho pensamiento
La aserción del contenido o juicio se expresa simbólicamente colocando una barra vertical en el extremo izquierdo de la horizontal, que se llamará “trazo del juicio”
Esta escritura significa que A “tiene lugar” o “es un hecho”
Para tomar un ejemplo de esto, A podría ser la expresión tan larga como esta: “la muerte violenta de Arquímedes en la batalla de Siracusa”. Tenemos una “expresión”, un “contenido”, y una “aserción”.
Para Frege, así como la distinción de sujeto y predicado es de carácter gramatical, la distinción común entre juicios categóricos, hipotéticos y disyuntivos también lo es.
Las constantes lógicas primitivas son el cuantificador universal, la identidad de contenido entre signos, las conectivas condicional, y la negación.
El condicional se representa como un trazo vertical que afecta el trazo de contenido judicativo, y está trabajado de manera veritativo-funcional al modo del condicional filónico.
La identidad se introduce como un predicado de dos argumentos. La identidad de contenido se diferencia de la condicionalidad y negación en que se aplica a nombres y no a contenidos.
Una función es una “entidad predicativa no saturada” tal como “ser más algo que”, que Frege representa con una letra griega, seguida de uno o más lugares vacíos, que representamos con letras entre paréntesis como indeterminadas:α (A), o β (A, B) - Función monádica o diádica.
Los términos que permitan cubrir un lugar vacío constituyen los argumentos de la función.
Si al reemplazar convenientemente la letra entre paréntesis resulta que el contenido obtenido es capaz de ser aseverado y convertido en un juicio, entonces es que el argumento satisface a la función, y se expresa así:
esto significa que el juicio de esa función, sea lo que fuere lo que se considere como su argumento, “es un hecho “. "Todo α tiene la propiedad Φ”
La aserción “todo x cumple la propiedad Φ” se representa, como se escribe en la página 14 de la edición Paidós, por
El hueco, entonces, es la indicación del lugar de la variable.
Y la noción de función y variable conlleva el agregado del “todos” en término de definir los objetos que cumplen con el dominio de la función.3 - La pequeña diferencia
“La pequeña diferencia es aislada desde muy temprano como órgano”.
La diferencia sexual se impone de partida como natural, como lo que hay en lo real, en la naturalidad del reparto de los sexos en “dos agrupamientos más o menos iguales de individuos” (15).
Nadie arranca asumiendo que es un ser de lenguaje sino relegando esa condición mediante todo tipo de identificaciones.
El error con que son tratados la niña y el varón consiste en que la distinción se hace en función de “criterios formados bajo la dependencia del lenguaje” (16) .Esto no es algo que se pueda manejar a voluntad.
Por ejemplo, veíamos en alguna reunión previa los casos de padres que buscan para sus hijos, nombres que puedan ser unisex, es decir, que puedan valer para ambos sexos, con la idea de que esa elección pueda ser más “propia” de ese hijo o hija. Pero ese “cuidado” o prevención, no anula esa dependencia del lenguaje, no garantiza un “libre arbitrio” sexual. No es más que una variante más de interpretación, de significación de la sexualidad.
El género, en tanto categoría gramatical, cumple una función de clasificación de objetos que la lengua designa. El origen etimológico del término, del griego “γένος” y el latín “genus”, remite al concepto de clase o tipo, y por lo tanto no está inmediatamente ligado a la oposición masculino femenino. También han funcionado las oposiciones entre animado e inanimado, o entre personal y no personal, o entre humano y no humano. De hecho, en el indoeuropeo, la distinción esencial era la de animado inanimado, y la distinción masculino femenino era un subgénero de animado. Estas derivaciones de los géneros han sido las más estudiadas, en las lenguas que provienen del indoeuropeo.
Si analizamos otras lenguas, como las bantúes, que son una subfamilia de las lenguas Níger-Congo, que se caracterizan por usar un amplio sistema de clases nominales, y el uso preponderante de prefijos por encima del de sufijos, encontraremos, ejemplos como el kirundí, que es la lengua que se habla en Burundí, un pequeño país en el centro de África, cuya gramática cuenta con unas 17 clases, que se indican, justamente, en las marcas de los prefijos. Rundí es el nombre del pueblo que habita esa zona, y los prefijos “ki” y “bu” responden a clases que agrupan, en el primer caso los nombres de las lenguas (en este caso, kurundí en tanto lengua de los rundí) junto con otras cosas como nombres de ciudades, de animales, y en el segundo caso, a nombres de países o “tierra de” (burundí, la tierra de los rundí), junto con nombres de la amistad, de barbas, de hormigas, etc.
La marcación gramatical del género varía en las diferentes lenguas. Por ejemplo, los pronombres de la primera y segunda persona de las lenguas latinas es indistinto en cuanto al género, pero no es así para quienes habla khasi (en India) y en varias lenguas semíticas, donde tienen pronombres femenino y masculino también para la primera y segunda persona. El inglés, a diferencia de las lenguas latinas, solo los seres humanos están dotados de género, masculino o femenino, en función de su sexo. Todos los seres no humanos son neutros. La introducción del género en esos casos será por vías lexicales.
En una sesión del seminario XIV, Lacan recurre a esta particularidad del inglés para armar unos neologismos. ¿Cómo se hace en inglés para indicar el sexo de un “goat” (cabra/cabro)? Se le agrega el pronombre al nombre neutro. Para indicar que se trata de una cabra se dice "she-goat", es decir, literalmente, "ella-chivo". Entonces, en la sesión del 12 de abril de 1967, donde Lacan plantea su “no hay acto sexual” articulado a la noción de “valor de goce” (a partir de la relación que plantea Marx entre valor de cambio y valor de uso), organizará las posiciones de hombre y mujer en torno a un “man” supuestamente neutral, como “he-man” y “she-man” (en lugar del consabido "woman"), es decir, en francés, como “homme-elle” y “homme-il” (3).
Obviamente, junto a estas cuestiones estructurales del lenguaje, se desarrollan las discusiones sobre el “origen” o “motivo” de tales formas de organizar la realidad. Habrá posiciones a favor de que se trata de una cuestión puramente formal, donde el género estaría desprovisto de contenido, sería una categoría vacía, y su función sería estrictamente sintáctica, es decir, destinada asegurar la coherencia del enunciado. Y habrá posiciones para las cuales las categorías tendrían un contenido, que luego, obviamente, presentan desacuerdos sobre la naturaleza de ese contenido.Volviendo entonces a la cuestión de la pequeña diferencia que se aísla tempranamente en el órgano, organizando la distinción sexual en base a “criterios formados bajo la dependencia del lenguaje”, como por ejemplo, la estructural gramatical de los géneros, el error principal que se organiza es en torno a la “naturaleza”, la biología.
La diferencia sexual la trata el lenguaje.
La biología no es más que un gran error. Tampoco la diferencia genética es garantía de diferencia sexual. Los cromosomas que definen el XX y el XY no garantizan ni terminan de constituir la diferencia sexual, como lo verifican los tratamientos hormonales con los que se tramitan muchos cambios de sexo. Los gametos no van sin la cuestión hormonal para intentar definir un supuesto sexo biológico.
En suma, la biología no es lo real. Es una ciencia.Para que todos esos errores puedan aparentar, sostener tan “consistente la naturalidad, tan cuestionable, de esta vocación prematura que cada cual soporta (“éprouve”) por su sexo” (16) Lacan propone que “haya al menos uno [error], hommoinzune” (al menos un error), a semejanza del “al menos uno” de la histérica, que “no podría estar mejor encarnado que por la naturalidad misma” (16) (la "naturalidad" como el " error" que hace de "al menos uno")
4 - "Al menos uno"
Este “hommoinzun” tiene una función.
Lo plantea en la sesión del 19 de mayo de 1971 (4) del seminario anterior (esta es una de las sesiones de ese seminario donde va introduciendo las fórmulas de la sexuación).
En esa sesión arranca con una variante propia del silogismo Darii (el famoso de “todos los hombres son mortales” y Sócrates), que Lacan toma a su manera, irónicamente, ubicando “todo hombre es bueno” en la proposición mayor, y “algunos animales son hombres” en la media, para concluir que “algunos animales son buenos”. Pero lo que subraya es que debido a que la matemática llegó, gracias al álgebra pudo surgir la idea de servirse de la letra para “escribir de otro modo nuestros cuatro tipos de proposiciones, en la medida en que estas se centran por el Todo y el Algunos” (5). La operación permitió tomar todo lo que se presentaba como sujeto, por el equivalente a “todo x”, escribiéndolo como Ɐx. El paso siguiente es ver en qué medida ese “todo x” puede “satisfacer una relación de función”.Para ello Lacan toma dos formas de función, que testimonian de los desarrollos de lógica, de Frege, respecto de la aritmética.
El objetivo de Frege era fundamentar de manera formal la matemática, como se evidencia en su tratamiento del número. La crítica de Frege es que, si bien los números venían siendo usados desde hace mucho en matemática, todavía no se sabía qué era un número. Esto se evidencia en como reinterpreta la noción de función. En matemática, una función no significa nada en sí, es solo un esquema operatorio.
Supongamos una función sencilla, y = x2
En términos matemáticos, para cada valor numérico que asignamos a x, tenemos otro valor numérico para y e igual al cuadrado del valor de xEn cambio, una función lógica se plantea de otro modo, ya no como un resultado numérico, sino como una función de valor de verdad.
Entonces, por ejemplo , si tenemos x2 = 1 entonces, si x = 2, tendríamos (2)2 = 4 = 1 que es falso. En cambio si x = -1, entonces (-1)2 = 1 que es verdadero.
Es decir, podríamos dibujar una tabla con tres columnas, donde en la primera ponemos el valor de x, en la segunda el valor resultante de x2, y en la tercera el valor de verdad o falsedad que resulta respecto del valor 1Estos son los dos aspectos de funciones que Lacan combina en esta sesión de mayo de 1971, para poner en juego los "cuantores" que reemplazan a los "prosdiorismos", y hacer funcionar ahí la negación.
Lacan pregunta “¿puedo escribir que toda raíz de una ecuación de segundo grado puede inscribirse en la función F que define la x como variable, siendo esta la función en la que se instituyen los números reales?” (6)
Tenemos aquí dos funciones. Por un lado una función aritmética, que es la ecuación cuadrática ax² + bx + c = 0 donde x funciona como una variable cuyo valor depende de los valores que tengan a, b y c
Por el otro lado, Lacan plantea la función F(x) que se definiría del siguiente modo: “pertenece a los números reales”.
Entonces la pregunta si Ɐx.F(x) sería si “para todo” x, definido como el valor de la raíz de una ecuación de segundo grado, se cumple que “pertenece a los números reales”.
La respuesta a esa pregunta es “algunos” si, otros no (en efecto, aquellos valores de x en que el resultado de (b2 - 4ac) resulte negativo, vamos a tener un número imaginario, que no pertenece a los reales): “no es verdad que pueda decirse que toda raíz de la ecuación de segundo grado satisfaga a la función en la que se fundan los números reales”.Como se ve, este “no es verdad” no se deduce una universal negativa, puesto que algunos x si satisfacen a la función F.
Y también se plantea el problema al nivel de la particular negativa, porque, que existan algunos x que no satisfacen a la función F no quiere decir que no pueda escribir esa función de los números reales.El tercer paso, entonces, es ver como ordenar esta negación.
Para lo cual, Lacan reemplaza la función F que venía utilizando, por la letra Φ que va a utilizar para sus propias fórmulas. Entonces si queremos decir que la función Φx no puede escribirse para un x existente, tenemos dos posibilidades:- Negación del cuantificador "universal" : ¬Ɐx Φx (la función Φx no puede escribirse para todo x)
- Negación del cuantificador "existencial" : ¬ ꓱxΦx (la función Φx no puede escribirse para un x existente)Son dos formas de negación. Una hace que la función no se escriba, es "forclusiva". La otra es "discordancial".
Y esto, para Lacan, es lo que “nos ubica en el corazón de la imposibilidad de escribir lo que atañe a la relación sexual” (7).
Por la experiencia analítica llegamos al establecimiento del hecho de que “esta relación va acompañada de un tercer término, que es hablando con propiedad, el falo” (8).
Este tercer término no es un médium. Si se lo une por uno de los dos términos, el término del hombre por ejemplo, se puede estar seguro de que no comunicará con el otro, e inversamente.
Al respecto, cabe señalar la diferencia de acento respecto de “La significación del falo”, donde el falo es planteado como "la razón del deseo", que puede interpretarse como alguna forma de “mediación” (al nivel de la significación). Entre paréntesis, en ese texto Lacan señala que esa razón debe tomarse como "media y extrema razón", es decir, la relación de "inconmensurabilidad", tal como la desarrolla en las sesiones de enero de 1967 del seminario sobre la lógica del fantasma. Allí señala que "la esencia de la castración se manifiesta en que la diferencia sexual no se soporta más que de la Bedeutung de algo que falta, bajo el aspecto del falo" (9), en cuya obturación "se manifiesta lo que atañe al objeto a".
En este seminario “… o peor”, Lacan explicita la corrección de la traducción de Bedeutung, señalando que en francés no encontraba otro término que “significación”, pero ahora, utilizando la diferencia de Frege entre Sinn y Bedeutung, pondrá el acento en el carácter de “denotación”.
Retomando las universales y particulares de Aristóteles, ahora con los cuantores, el hombre es función fálica en la medida en que es “todo hombre”, con la excepción del padre de la horda primitiva que es la que constituye este universal de “todos los hombres”. El asesinato de ese padre excepcional, no castrado, da lugar a que todos estén castrados. Entonces, del lado hombre, tenemos “todo hombre”. Pero, como pasa con el universal aristotélico, esto a lo sumo nos da una esencia, una atribución, pero eso no garantiza una existencia.En cambio, no hay manera de constituir un universal semejante para la mujer. No hay una excepción semejante que permita decir que todas están castradas, o no están castradas.
Pero Lacan hace una particular lectura de ese mismo mito del padre de la horda primitiva, planteando la pregunta de si ese padre goza de todas las mujeres. Ese padre primitivo no podría gozar de “todas” las mujeres. Si pudiera gozar de todas las mujeres, entonces tendríamos un elemento que podría servir para constituir un “todas”. Este es el primer lugar desde donde Lacan constituye su “no todo” para las mujeres.Veremos más adelante cual es la “excepción” que se relaciona con ese no todo. En realidad, veremos como se relacionan las cuatro fórmulas llamadas de la sexuación, ya que la función Φx funciona solo a partir de la relación entre las cuatro fórmulas.
Es como con la estructura de los cuatro discursos. Funcionan los cuatro juntos, a partir de la rotación de sus términos. De ahí el problema cuando se pretende separar uno de los discursos, respecto de los demás, para hacer una lectura de tipo más bien sociológica con uno solo de ellos.Lo mismo pasará con la función Φx si pretendemos hacerla funcionar con una sola de sus escrituras con los cuantores.
Entonces, tenemos “todos los hombres” a partir de la excepción del padre de Tótem y Tabú, y las mujeres que no son todas porque ese padre primitivo no goza de “todas”.
Y tenemos la histérica, que no es lo mismo que las mujeres, que dice la verdad respecto de la relación sexual. En particular, ella es tan capaz de hacer como el “todo hombre” mismo, a saber, mediante la imaginación. Por eso no lo necesita. Y si por casualidad le interesa la relación sexual “es preciso que se interese en ese tercer elemento, el falo”. Pero para interesarse en el falo, ella debe hacerlo en relación con el hombre. Y como respecto del hombre, no es seguro que “haya siquiera uno”, puesto que “todo hombre” es solo esencia (y no existencia), “toda su política girará hacia lo que llamo tener al menos uno” (10). El “al menos uno”, como función esencial de la relación, en la medida en que sitúa a la mujer respecto del punto ternario clave de la función fálica, es lo que Lacan decide escribir así: “el hommoinzun”.
Es la manera de dar consistencia a algo.
Análogamente, Lacan plantea un función de “al menos uno” respecto de ese error común que da consistencia a la naturalidad “de esta vocación prematura que cada cual soporta (“éprouve”) por su sexo” (16)
Tenemos toda una serie de errores, de creencias, que no tienen más consistencia que la del universal de “todo hombre”, que no tienen más “existencia” que su simple afirmación.
Al modo histérico, buscamos tener “al menos un” error que asegure (que funcione como la “prueba” de) la supuesta relación sexual.Siguen, entonces, las referencias a algunos ejemplos o situaciones del funcionamiento de este obstáculo y el funcionamiento del “hommoinzun” error.
5 - Hommoizin
La primera referencia es al transexual.
Lo mismo que con respecto al canalla, esto no es un rasgo destinado a constituir un conjunto físico de individuos concretos. Obviamente, cualquier característica puede transformarse en rasgo para agrupar, pero eso, justamente, implica el punto desde donde se hace el agrupamiento. Lacan no plantea que los canallas hagan masa, se identifiquen colectivamente y actúen mancomunadamente en función de ello. Es una posición subjetiva en la que se pretende ser el Otro de alguien. Es medio difícil actuar colectivamente con esa posición.Lacan señala que para acceder al otro sexo, hay que pagar el precio de la “pequeña diferencia”, que pasa engañosamente como "real" por la intermediación del "órgano" que, por eso mismo, deja de ser tomado como tal.
Si un órgano es instrumento es por la mediación de lo que funda todo instrumento: “es un significante”.
En el caso del transexual, su pasión es la “locura” de querer liberarse de “ese error común que no ve que el significante es el goce y que el falo no es más que su significado” (17). Esta referencia de la Lacan a la “locura” no es en términos de psicosis, sino de la “pasión”.
El transexual no quiere ser significado falo por el discurso sexual, rechaza la significación fálica que le cae encima. En ese sentido, no sería una elección de goce, no le interesa el goce sexualizado; es una cuestión de identificación, le importa la identificación sexual. Su "error" es querer forzar, vía la cirugía eventualmente, el discurso sexual.La siguiente referencia que toma Lacan es la homosexualidad explícitamente femenina, que va en sentido contrario, en tanto es la única que “sostiene el discurso sexual con total confianza” (17).
En particular toma el discurso amoroso de las preciosas, a las que ya se había referido en su texto sobre “ideas directrices para un congreso sobre la sexualidad femenina” (11). Lacan hace un juego de palabra, diciendo que ellas definen admirablemente el “Ecce homo del amor”. Por un lado, el “Ecce homo” es “este es el hombre” o “he aquí el hombre”, la expresión con que Pilatos presentó al pueblo a Jesucristo llevando la corona de espinas y el manto de púrpura, es decir, una persona lacerada, rota, de lastimoso aspecto. Por otro lado, la homofonía de “ecce homo” es “excès au mot”, es decir, "exceso de palabra". Las preciosas no toman el falo por un significante sino que “rompen el significante en su letra”, con un discurso sobre el amor donde suprimen del lenguaje las palabras que remiten al sexo.
El preciosismo fue un movimiento y una moda literaria francesa, entre 1626 y 1662, que se daba como objetivo modificar y embellecer las costumbres y la lengua francesa. Sus excesos fueron objeto de sátiras de Molière en "Las preciosas ridículas" y "El misántropo", y de Jean de La Fontaine en "La Fille" .Las Preciosas sostenían un discurso sobre el amor donde suprimían del lenguaje las palabras que remiten al sexo. La "Carte du Tendre" es el mapa de un país imaginario llamado “Tendre” (tierno) inventado en ese entonces por varias personalidades, entre ellas Catherine de Rambouillet, e inspirado en la novela "Clélie, histoire romaine" de Madeleine de Scudéry (una de las más famosas "preciosas", ver más en Wiki), a la que Lacan caracteriza, en "Radiofonía" (en la pregunta V) como "la más célebre epistolaria de la homosexualidad femenina" (12).
Ese mapa del “tierno” dibujaba los caminos posibles desde las “nuevas amistades” hasta las ciudades de la “ternura”, de las que había tres: la ternura por “estima”, por “reconocimiento” y por “inclinación”, con una serie de ríos que podían terminar desembocando en el “mar peligroso”. Y en el camino había que recorrer los pueblos de la complacencia, la sumisión, los pequeños cuidados, la asiduidad, etc.La consecuencia de esta homosexualidad femenina, para Lacan, es que la amputa del discurso analítico en la medida en que las deja “en un ceguera total sobre lo tocante al goce femenino” (17), por su rechazo del falo.
Este no es un rechazo forclusivo como el del transexual, ni una represión que se descifra en el síntoma, como en el caso de Dora y la histeria, sino que es un rechazo en su literalidad.Al final del texto sobre el congreso sobre sexualidad femenina, Lacan compara el Eros de la homosexualidad femenina del movimiento de las preciosas con el catarismo (13).
Este fue un movimiento religioso nacido de una filosofía extremadamente maniquea, que suponía un dualismo de dos causas: el Bien de un mundo invisible de los espíritus y el Mal del mundo de la materia y el cuerpo. Consecuentemente rechazaban los sacramentos, y en particular el matrimonio, absteniéndose de todo comercio sexual, ya que el celibato y el ascetismo eran el camino para entrar al espíritu puro. Por esa razón, proponían una igualdad de hombres y mujeres, lo cual llevó a muchos conflictos con los señores feudales y la iglesia. Terminaron siendo exterminados en una “cruzada” (como las que se hacían para ir a luchar contra los árabes en palestina) especialmente organizada para ello.
En ese texto para un congreso sobre sexualidad femenina, Lacan organiza las diferencias entre la perversión masculina y femenina a partir de la referencia al fetichismo y motivo imaginario de preservar “el falo que le interesó al sujeto en la madre”. Tomando como referencia a la joven homosexual de Freud, Lacan señala que si el amor es dar lo que no tiene, "esto es ciertamente lo que la homosexualidad hace a las mil maravillas en cuanto a lo que le falta". “No es propiamente el objeto incestuoso el que ésta escoge a costa de su sexo; lo que no acepta, es que ese objeto sólo asuma su sexo a costa de la castración” (14).En “Las tetas de Tiresias” (15), Apollinaire invirtiendo el mito de Tiresias, es Teresa, una mujer, la que cambia de sexo para obtener el poder entre los hombres, con el objetivo de alterar las costumbres, rechazar el pasado y establecer la igualdad de sexos. Lacan señala que Teresa vuelve a Tiresias, no al soltar sino al recuperar los globos, los dos pájaros de su debilidad, aquello gracias a lo cual “la mujer solo sabe gozar de una ausencia” (18).
6 - Canallería natural
Lacan señala que lo que hizo en estos primeros pasos, no es tanto desmontar una máquina sino ir al agujero del sistema, el lugar donde lo real pasa por nosotros. Lo que constituye un discurso es lo real que por él pasa. Hace esta observación para “algunos” que toman un discurso por una máquina, en particular para tratar de embragar con el de él. Y a continuación comenta que le gustaría “preservar en ustedes su natural condición de canallas” (en francés dice “canallería natural”, ese agregado de “condición” por parte del traductor de Paidós, le da más peso o entidad a esa canallería que se podría suponer a todos como una cuestión “natural”), que sería algo “simpático” de no ser que se reduce a la “tontería por el efecto mismo de ese discurso que demuestro”.
Un canalla es el sujeto que pretende robar el goce sin jugar el juego del discurso donde este se ordena.
El canalla tiene horror al análisis ya que se imagina más astuto que el lenguaje mismo. Se toma por el Otro de alguien, es aquel que quiere convertirse en el Otro del sujeto, donde toman forma las figuras de su deseo atrapado.Es conocida la referencia a “Televisión”, donde Lacan desaconseja el análisis para los canallas, porque el mismo los vuelve tontos (16).
Pero ya lo dice en la última sesión de este seminario: “Si supiéramos de inmediato que alguien que viene a pedirnos un análisis didáctico es un canalla le diríamos: "¡Nada de psicoanálisis para usted mi querido! Ud se volvería tonto como un burro". Pero no lo podemos anticipar porque la canallada no es hereditaria, sino que depende del deseo del Otro del cual surgió el interesado. No siempre es el deseo de sus padres, puede ser el de sus abuelos, pero si el deseo del cual nació es el deseo de un canalla, es un canalla infaliblemente. Nunca vi una excepción” (páginas 194/5). Y agrega que “por eso fui siempre tan tierno para con quienes sabía que debían dejarme”. Terminaban su análisis “completamente tontos”, porque era “una transformación necesaria cuando un análisis es llevado hasta su término” (195), pero ¿qué significa que tuvieran que “dejarme”?Otra referencia conocida respecto a los canallas es la del seminario VII, en la sesión del 23 de marzo de 1960, titulada “El amor al prójimo”, donde Lacan caracteriza a los intelectuales de izquierda y de derecha. Al primero como tonto (“sot” en francés, pero más bien “fool” en inglés) y retardado (“demeuré”). Al segundo como “knave”, o hablando más estrictamente, lo que Stendhal llama “le coquin fieffé” (“un villano consumado”), alguien que no retrocedería ante “las consecuencias de lo que se llama el realismo, es decir, cuando es necesario, confiesa ser un canalla”. Esto solo interesa si se considera el resultado de las cosas, ya que, “después de todo un canalla bien vale un tonto, al menos para la diversión, si el resultado de la constitución de los canallas en tropel no culminara infaliblemente en una tontería colectiva. Es lo que vuelve tan desesperante en política a la ideología de derecha”(17).
No se si la idea de “constitución de los canallas en tropel” implica una constitución colectiva, o del simple amontonamiento de canallas individuales.
Está claro que no es lo mismo fundar la canallería en la ideología de derecha, o en “el deseo de un canalla” que habría funcionado como “deseo del Otro”.
En la Conferencia en el Centro cultural francés, en Milán, Italia, el 30 de marzo de 1974, refiere a los viejos tiempos en que “la noción de inconsciente, había intentado, así, darla, en fin, al margen... totalmente al margen porque era muy necesario, así, que divirtiera a los primeros tipos de canallas entre los analistas, cuando yo intenté, así, hacer prendere cuerpo a [ríe] mi pensamiento, entonces les pedía, así, de vez en cuando, al margen, cosas como esta, de las que no comprendían, por supuesto, absolutamente nada... en fin: "¿Dios cree en Dios?" Eso es más venenoso de lo que parece a primera vista”(18)7 - La función del goce
Lacan termina esta sesión con los indicaciones de lo que abordará en próximas sesiones, en cuanto a desarrollar una “nueva lógica”:
En particular, cuando menciona los prosdiorismos, señala que la función Φx “no es la función de la relación sexual sino la que vuelve ese acceso imposible” (20), y se pregunta “¿por qué no podríamos imaginar y escribir una función del goce?” (20)En la sesión siguiente, la que dedicará justamente a esa función Φx, va a decir que ya el año anterior planteó que esa “no relación”, “hay que escribirla”. Hay que escribir “la otra relación, la que tapona, obstaculiza la posibilidad de escribir la primera” (30).
Y un poco más adelante, en esa sesión del 15 de diciembre, como arrancó la sesión con las fórmulas de la sexuación escritas en el pizarrón, dirá: “figúrense que si escribo todo esto en el pizarrón, se debe a que no sé en absoluto qué es la castración, y a que espero, con ayuda de ese juego de letras, llegar a que al fin despunte el día, a saber, que se sepa que es necesario pasar por la castración” (32)
Notas
(1) Jacques Lacan, “Hablo a las paredes”, Editorial Paidós, página 45
(2) Gottlob Frege, "Begriffsschrift", "Conceptografía".
(3) Jacques Lacan, El Seminario, Libro XIV, "La lógica del fantasma", Editorial Paidós, página 225.
Ver también en la página 268 de la edición francesa de Seuil.(4) Jacques Lacan, Seminario XVIII "De un discurso que fuera del semblante", sesión del 19 de mayo 1971, titulada "El hombre y la mujer y la lógica", Editorial Paidós
(5) Idem, página 128
(6) Idem
(7) Idem, página 130
(8) Idem, página 131
(9) Jacques Lacan, Seminario XIV "La lógica del fantasma", Editorial Paidós, página 107
Ver también en la página 128 de la edición francesa de Seuil.(10) Jacques Lacan, Seminario XVIII "De un discurso que fuera del semblante", Editorial Paidós, página 132
(11) Jacques Lacan, "Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina", Escritos 2, Editorial Siglo XXI
(12) Jacques Lacan, "Radiofonía", incluido en "Otros Escritos", Editorial Paidós, página 461
(13) Jacques Lacan, "Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina", Escritos 2, Editorial Siglo XXI, página 699
(14) Idem, página 698
(15) Guillaume Apollinaire, "Les mamelles de Tiresias", Edition SIC, Paris 1918; "Las tetas de Tiresias",
(16) Jacques Lacan, "Televisión", incluido en "Otros Escritos", Editorial Paidós, página 569
(17) Jacques Lacan, El Seminario, Libro VII “La ética del psicoanálisis”, Editorial Paidós, página 221
(18) Lacan en Italia, Milán, La Salamandra, 1978, pp.104-147